El anteproyecto de ley de presupuestos de 2023 prevé la reducción a la mitad, del 10% al 5%, del tipo impositivo sustitutivo del Irpef y de los recargos autonómicos y municipales aplicables a las primas de rendimiento pagadas en virtud de la ley 208/2015. Podrán beneficiarse de las bonificaciones de cuantía variable y con el límite de 3.000 euros brutos anuales, cuyo pago esté vinculado a incrementos de productividad, rentabilidad, eficiencia, calidad e innovación, así como las cantidades desembolsadas en forma de participación en los beneficios esta tarifa preferencial de la empresa.
Bonificaciones por ingresos hasta 80 mil euros
Las bonificaciones subvencionadas también deberán abonarse en ejecución de los contratos de empresa o territoriales previstos en el artículo 51 del Decreto Legislativo 81/2015 y los beneficiarios sólo podrán ser titulares de rentas del trabajo, en el sector privado, de cuantía no superior, en el anterior año el de recibir el premio, en 80 mil euros. Los premios a los que se pueda aplicar el impuesto sustitutivo podrán convertirse, a elección de los beneficiarios, en todo o en parte, en la denominada previsión social, es decir, en las cantidades, bienes y servicios a que se refieren los apartados 2, 3 última frase. y 4 de los 51 de la ley del IRPF consolidado (Tuir). La conversión de la prima conlleva la total no tributación del trabajador, lo que se traduce en la no tributación contributiva, tanto del trabajador como del empleador.
Básicamente, la conversión del aguinaldo en previsión permite al trabajador poder beneficiarse de un importe neto igual al importe bruto del aguinaldo devengado, que corresponde también al coste del aguinaldo para el empresario.
Ahorro para el empleado
Considerando el importe medio de los bonos de desempeño a nivel nacional, equivalente a aproximadamente 1.500 euros, y que la aportación de los empleados es de aproximadamente el 10%, la reducción del tipo impositivo sustitutivo del 5% supondrá un incremento del valor neto del bono recibido de media igual a aproximadamente 67,50 euros, pasando su valor neto de los actuales 1.215 euros a aproximadamente 1.282,50 euros. Si bien la conversión en previsión seguirá suponiendo un aumento del poder adquisitivo del trabajador de casi un 17% (1.500 euros en lugar de 1.282,50), la reducción del tipo impositivo sustitutivo podría hacer que la conversión en previsión social del plus -que se sitúa en un nivel nacional entre 20 y 25% – algo menos conveniente que hoy, con la consiguiente posible reducción en la tasa de conversión.
Sin embargo, ya es una práctica consolidada del mercado que el empleador, con el fin de incentivar la conversión de primas en prestaciones sociales por parte de los empleados, renuncia, total o parcialmente, al consiguiente ahorro en términos de cotizaciones a su cargo – equivalentes a aproximadamente el 30 % del bono bruto reconocido al trabajador – reconociéndolo a los empleados en forma de incremento adicional en el valor del bono convertido. Aún teniendo en cuenta el importe bruto medio del bono a nivel nacional de 1.500 euros, en caso de pago en efectivo, el coste para el empresario rondaría los 1.950 euros, frente, como se ha dicho, a un importe neto para el trabajador. considerando el nuevo tipo impositivo sustitutivo del 5%, equivalente a aproximadamente 1.282,50 euros.