Premio Nobel de Medicina por la tecnología de resonancia magnética


El Premio Nobel de Medicina de este año es para la bioquímica húngara Katalin Karikó (68) y el médico estadounidense Drew Weissman (64) por el descubrimiento de la tecnología que hizo posible el desarrollo de vacunas de resonancia magnética. Así lo anunció al final de la mañana Thomas Perlmann, secretario general del Comité Nobel en Estocolmo. Karikó y Weissman se reparten el premio de 10 millones de coronas suecas (865.000 euros).

Karikó y Weissman llevaban varios años siendo considerados posibles candidatos al Premio Nobel porque sus descubrimientos condujeron a una forma fundamentalmente nueva de fabricar vacunas. Estas nuevas vacunas, basadas en fragmentos de ARN del patógeno, han demostrado su eficacia durante la pandemia del coronavirus.

Lea también: Nadie vio nada en la obra de Katalin Karikó. Pero luego vino la corona.

Tiempo record

Las vacunas de resonancia magnética han demostrado tener más éxito que las vacunas tradicionales a la hora de proteger a gran parte de la población mundial contra el nuevo virus SARS-CoV-2. La relativa simplicidad con la que se pueden fabricar este tipo de vacunas permitió que se produjeran muy rápidamente en 2020 en respuesta al nuevo virus pandémico. Las dos vacunas contra el coronavirus basadas en esta tecnología, de Pfizer y Moderna, ya se han administrado a personas trece mil millones de veces, lo que convierte a la tecnología en un avance en un tiempo récord.

Ahora que las vacunas de resonancia magnética han demostrado ser seguras en la práctica, los fabricantes de vacunas han comenzado a hacer que la tecnología sea adecuada como remedio para otras enfermedades infecciosas. La promesa es grande porque, en teoría, las enfermedades más pequeñas también pueden controlarse con vacunas y porque también sería más fácil combinar diferentes vacunas en una sola inyección.



ttn-es-33