Los miembros de la realeza tampoco se salvan del dolor. En la década de 2000, la reina Isabel tiene que despedirse de su madre y su hermana en unas pocas semanas. Una tragedia que hace vacilar incluso su ‘labio superior rígido’. Afortunadamente, también hay momentos alegres, como el momento en que salva a un mayordomo de la prisión y el segundo matrimonio de su hijo Charles. “Ahora está a salvo en casa con la mujer que ama”.
ttn-es-3