Con efecto inmediato, se recortará la ayuda financiera y militar alemana a Ucrania. Según informes del Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) pidió al ministro de Finanzas, Christian Lindner (FDP), en una carta a su colega de Defensa, Boris Pistorius (SPD), que no asumiera más compromisos con Kiev, porque en este momento ya no estarían cubiertos por el presupuesto. La solicitud, supuestamente apoyada por el Canciller Olaf Scholz (SPD), tiene consecuencias inmediatas, ya que el presupuesto actual para Ucrania en el presupuesto (alrededor de 8 mil millones de euros este año y 4 mil millones para el próximo) ya se ha gastado.
Según informes del FAZ Scholz y Lindner no tienen en absoluto la intención de suspender la ayuda a Ucrania, pero suponen que pronto se liberarán miles de millones gracias a los intereses de los activos rusos congelados. De este modo, el presupuesto de Berlín no tendría que sufrir más cargas. En la cumbre del G7 en Italia en junio pasado, los países acordaron que por el momento los activos rusos no se utilizarán para ayudar a Ucrania, pero sí los ingresos que generen. Según el acuerdo del G7, esto financiará un préstamo de 50 mil millones de dólares para Ucrania.
Pero los críticos señalan que no está claro cuándo el G7 y Alemania tendrán acceso a estos recursos. Según el diputado de los Verdes Sebastian Schäfer, designado por el FAZ Como se cita, no hay nada concreto que informar sobre el fondo aparte del anuncio de Lindner.
Desacuerdo
La decisión de Scholz y Lindner suscita desacuerdos en la coalición del SPD, los Verdes y el FDP. Los Verdes son los principales defensores de Ucrania, y los ministros de Asuntos Exteriores de los Verdes, Annalena Baerbock, y el ministro de Economía, Robert Habeck, se oponen firmemente al rumbo de Lindner. Pistorius, miembro del SPD, también tiene prioridades diferentes a las de Lindner y su equilibrio presupuestario.
El sábado hubo duras críticas del partido de oposición CDU. El eurodiputado Dennis Radtke llamó a la decisión en X “una desgracia” e “incendiaria”. Roderich Kiesewetter, miembro de la CDU mencionado es una “señal fatal”.
La decisión de Scholz y Lindner es independiente de las revelaciones de esta semana de que Ucrania estuvo detrás del ataque al oleoducto Nord Stream 2. Las consecuencias precisas de la decisión para la ayuda alemana a Ucrania aún no están claras. Por ejemplo, el presupuesto para 2025 aún debe ser aprobado por el Bundestag. Y además de Scholz y Lindner, también algunos periodistas bien informados en Berlín señalan que pronto estará disponible este crédito procedente de depósitos bancarios rusos.
Señal de Berlín
Sin embargo, el mensaje que envía el gobierno de Scholz con esta decisión es significativo. Scholz ha reiterado a menudo que Alemania apoyará a Ucrania tanto tiempo como sea necesario. Pero el “cero negro”, tan sagrado en Alemania, el equilibrio presupuestario, sigue siendo un poco más importante, según la señal procedente de Berlín. El parlamentario del SPD, Michael Roth, dijo a la Zeitung del sur de Alemania que sería “fatal si surge la impresión de que la seguridad y la libertad de Ucrania ya no valen nada para nosotros en el futuro”. No debemos dejar el destino de Ucrania en el altar de Schuldenbremse sacrificio.” La decisión alemana será recibida con entusiasmo por el presidente ruso Putin y sus propagandistas, que apuestan por la fatiga bélica de Occidente.
En su propio país, Lindner y Scholz creen que podrían sacar provecho político de la decisión. Lindner se ve a sí mismo como el Papa del presupuesto: su liberal FDP no tiene un programa concreto más que el equilibrio presupuestario con el que cree poder convencer a los votantes, lo que significa que Lindner se aferra rígidamente a ese “cero negro”.
En el SPD de Scholz, una parte importante de la facción se muestra escéptica sobre los envíos de armas alemanas a Ucrania, incluido el líder del grupo, Rolf Mützenich. Con esta decisión, aunque las consecuencias no sean graves, Scholz cree que puede ayudar a Mützenich y compañía. Además, en septiembre se celebrarán elecciones regionales en Turingia, Sajonia y Brandeburgo. En estos tres estados de la antigua RDA, muchos votantes simpatizan con Rusia y la coalición en Berlín evalúa con extrema crítica el suministro de armas a Ucrania. Scholz puede pensar que poco antes de las elecciones podrá ganarse a algunos votantes de los socialdemócratas: en Sajonia y Turingia, el SPD se sitúa en las encuestas con un magro 5 y 6 por ciento, respectivamente. El líder del partido en Brandeburgo ha pedido a Scholz que no dé la cara en la campaña de las próximas semanas, porque eso sólo sería contraproducente.
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