Pelé de Catanzaro y amigo del viento, los 70 años de Palanca

Bigote para parecer más grande, “Piedino di fata”, mago de los goles de esquina, ídolo de un pueblo: la historia de una de las estrellas provinciales más queridas de Italia

Para decirle a Massimo Palanca – setenta años hoy 21 de agosto – hay que partir del viento, el viento Catanzaro que barre el Estrecho y despeina las hadas del mar. Tienes que hacerte amigo de ese viento. Cuando Palanca se acercó a la bandera, la curva del estadio militar cantó el coro: “Massiméppare ‘na spring/ Massimime pare ‘na spring”. Y era valiente. Observó el balón, entre silencios infinitos y una quietud muy profunda -creció en Porto Recanati con el mismo horizonte que Giacomo Leopardi-, buscó la concentración y finalmente pateó, con la zurda, con ese pie minimalista que marcó una época, el 37 , pie de bailarina, como Cenicienta con bigote que la Pantofola de Oro premió con un zapato personalizado. Se hizo famoso por los goles marcados directamente de tiros de esquina. La contabilidad se detiene en trece, hay tantos. Marcar desde ese punto donde no se ve la puerta fue su manera de poner orden en el caos desafiando las leyes de la gravedad, inventando una geometría torcida y fabulosa. Palanca supo aprovechar una oportunidad en cada ráfaga, una oportunidad en cada borrador.



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