dbajar de peso es más fácil de lo que piensas, más difícil es mantener el nuevo peso con el tiempo. Para lograr este objetivo, tres factores son esenciales: construir una nueva autoimagen”; realizar diferentes acciones de los habituales; adquirir uno nuevo hábito. Lo explica en su último libro, Neuromesmerismo. manual de instrucciones de fascinación y magnetismo (Ediciones Mediterráneas), Pablo Vocaescritor, formador y coach mental.
El método
«El neuromesmerismo es una forma de “comunicación avanzada”a través de la cual no nos limitamos a utilizar sólo las palabras, sino que explotamos el poder de la mirada, del gesto, del tacto, para enganchar lo más profundo de nuestro interlocutor, el que actúa y reacciona en milésimas de segundo, incluso antes de que intervenga la “mente consciente”. Obviamente neuromesmerismo no reemplaza en el psicoterapia o en medicamentopero puede ser de gran ayuda», explica Vocca.
Como perder peso
«Empecemos con los cerdos un objetivo específico, realista y fechado en que alcanzarlo. Por ejemplo “Quiero pesar 7 kilos menos en tres meses”. En este punto, tomemos unos minutos para imagina como estaremos en tres mesescuando pesaremos menos: como estamos vestidos? ¿Qué comemos? ¿De qué humor estamos cuando nos levantamos por la mañana? que acciones hacemos ¿Qué no podíamos hacer antes? ¿Cuáles son los diferentes pensamientos en comparación con el pasado? ¿Qué sensaciones tenemos al vestirnos? que emocion sentimos enfrente del espejo?” continúa el experto.
Detener al saboteador interno
“Lo sabemos el dietista no es suficiente de llanto para lograr nuestro objetivo. Incluso si sabemos qué hacer, qué alimentos elegir, qué actividad físicapor fin llega el “saboteador interior” y lo anula todo. entonces tienes que llegar a un acuerdo con el saboteadorque responde a las órdenes ssolo si le conviene, si le “gusta” (y le gusta comer y ser holgazán). Las acciones que le propondremos al nueva imagen serán bienvenidos por el saboteador, porque le serán agradables, tendrán en cuenta nuestros gustos y deseos, haciendo sólo unas pocas variaciones agradables. Esencial es dar el primer y más pequeño paso hacia el cambio, que sin embargo tiene la característica de ser “contrario” a lo que se ha hecho hasta ahora», subraya Vocca.
Perder peso: de la teoría a la práctica
“En este punto tenemos que transformar palabras e intenciones en un lenguaje que el cuerpo entienda. Para ello identificaremos una primera acción que sugirió la nueva imagen, por ejemplo elige un sabroso plato de verduras del buffet en lugar de un plato de papas fritas. vamos a crear una escena en nuestra mente en el que, frente a un auténtico buffet, recogemos el plato de verduras. Tengamos esta imagen en mente y tratemos de sentir las mismas emociones “como si” hubiéramos hecho esta nueva elección, por lo tanto alegría, satisfacción, autoestima. Sonreímos, hacemos un gesto con la mano que expresa el orgullo de haber ganado una primera batalla. Durante unos días, antes de actuar, recordamos esta escena varias veces para que quede claramente grabado en nuestra memoria», aconseja el experto.
Bajar de peso: la técnica para conseguir el objetivo
«Ahora vamos a aplicar una técnica típica de Neuromesmerismo: llevamos una mano a la frenteimaginando que nos estamos metiendo en la cabeza la comida que queremos evitar, por ejemplo frituras; movemos la mano al estomago e imaginemos que la fritura está ahí; masajeamos el estomago en sentido horario y antihorario, como si quisiéramos ayúdalo a digerir; entonces hacemos un gesto manualpartiendo del estómago y bajando, como si quisiéramos sacude ese peso. Volvemos a masajear el estómago, como para agradecerle. Una vez hecho esto, imaginemos que llevar el plato de verduras a la frente; movemos la mano al estómago y visualizamos el verduras, frescas y agradables, que lo llenan. Démosle un masaje en el estómago y agradézcale por el agradable sensación de ligereza» sugiere Vocca.
Consolidar el nuevo hábito
“Cada vez que nos encontramos frente al buffet, y ante el dilema de qué elegir, masajeemos lentamente nuestro estómago y recordemos la realidad virtual que experimentamos por primera vez. Repetimos con el tiempo este proceder, hasta convertirlo en un hábito, tanto cuando estamos lejos de la comida como cuando nos encontramos frente a una mesa puesta, acariciando el estómago y haciendo la elección que nos ha sugerido la “nueva imagen”, concluye Vocca .
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