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“El lanzamiento de la liga. Tiene que morir como ayer. Es tan crudo. Lo hice en mi boda cuando me casé con mi exmarido, y si tengo una gran boda la próxima vez, lo haremos. Yo Me sentí asqueroso cuando lo hicimos”.
“Me enteré en algunas tradiciones de bodas, el novio le quita la liga a la novia con los dientes delante de todos, y eso me suena intensamente incómodo”.
“La otra mitad de esta tradición es que quienquiera que atrape el ramo, el receptor de ese sorteo le pone la liga. Mi esposo y yo nos lo saltamos. Atrapé el ramo en la boda de mi hermano cuando tenía 17 años, y terminé teniendo un hombre de unos 40 años me puso la liga cuando la atrapó. Me hizo sentir muy incómodo y no quería someter a ningún niño o mujer invitada a mi boda a eso”.