El agujero descubierto el domingo en un gasoducto entre Finlandia y Estonia probablemente sea el resultado de “actividades externas”, según el presidente finlandés, Sauli Niinistö. Destaca que la causa de la fuga aún no está clara.
El oleoducto está situado en el Mar Báltico, entre Finlandia y Estonia. Ambos países todavía están investigando la filtración. Según los finlandeses, además del oleoducto, también resultó dañado un cable de telecomunicaciones. Los sismólogos noruegos dicen que probablemente se produjo una explosión el sábado por la noche.
Varios medios de comunicación ya han especulado con la posibilidad de que se trate de sabotaje, ya que los informes recuerdan las explosiones del año pasado en el gasoducto Nord Stream. Aún no se ha aclarado quién estuvo detrás.
Los oleoductos Nord Stream conectan Rusia con Alemania, pero el único oleoducto en uso ya había sido cerrado por los rusos en el momento de las explosiones.
La red energética finlandesa es estable
Finlandia utiliza relativamente poco gas natural. Representa aproximadamente el 5 por ciento del consumo total de energía del país. El gasoducto dañado ha sido el único a través del cual Finlandia puede importar gas desde el año pasado, ya que la compañía estatal rusa de gas, Gazprom, suspendió el suministro de gas al país el año pasado.
Eso sucedió porque Finlandia se negó a pagar el gas en rublos, una exigencia que el Kremlin hizo a los Estados “hostiles” que apoyan a Ucrania en la guerra con Rusia. Sin embargo, la situación en la red energética finlandesa es estable, afirma el operador de la red de gas Gasgrid.
Los precios europeos del gas subieron más de un 10 por ciento el martes por la tarde. Los precios en el mercado del gas también subieron el lunes, en respuesta a la violencia en Israel y Gaza. La empresa energética Chevron cerró un yacimiento de gas a petición del gobierno israelí.