Nuevos ciudadanos italianos, 190.000 solicitudes de derechos de sangre aceptadas en 2023

Lo que establece la ley

La base de las cifras es el hecho de que la ley italiana permite el reconocimiento de la ciudadanía por derecho de sangre sin límites generacionales: en la práctica es posible obtenerla remontando el árbol genealógico y alegando la presencia de un antepasado italiano.

No se exigen otros requisitos porque, a diferencia de la ciudadanía por residencia o por matrimonio, implica la constatación de un derecho. Tampoco es necesario residir en Italia, hasta el punto de que la mayoría de los nuevos ciudadanos de ascendencia se encuentran en el extranjero.

Una situación que llevó al Ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, a hablar de la “necesidad de revisar la norma que concede la ciudadanía por sangre”, subrayando que “en muchos casos se trata de personas que sólo quieren un pasaporte”. Más aún teniendo en cuenta que el pasaporte italiano es el segundo más fuerte del mundo (permite el acceso sin visado a 192 países) después del de Singapur (Passport Index de Henley & Partners basado en datos de Iata).

El éxito de los procedimientos basados ​​en la ascendencia va acompañado de un aumento más generalizado de la adquisición de la ciudadanía por parte de ciudadanos extracomunitarios que residen regularmente en nuestro país, como ya lo reflejan las estadísticas oficiales en los últimos años. Netos de procedimientos de ius sanguinis, de hecho, en 2023 las oficinas registraron 169.689 adquisiciones, bastante estables respecto a 2022 (173.891) pero con un marcado aumento respecto a las registradas en el bienio 2017-2018 (cuando se concedieron 127.603 y 94.557 respectivamente). ).

Las cifras de hoy reflejan dinámicas ligadas a los flujos migratorios de los últimos años, así como el resultado de las últimas medidas de amnistía aprobadas a nivel nacional para el surgimiento de personas que ya vivían y trabajaban en el país como inmigrantes ilegales. En las cifras actuales, en la práctica, se refleja el efecto de la amnistía de 2009, reservada a los trabajadores domésticos y cuidadores, con ocasión de la cual se presentaron 300.000 solicitudes. De hecho, la ciudadanía italiana por naturalización se puede solicitar después de diez años de residencia legal en Italia. Así, las cifras de ayer se traducen hoy en unas 80.000 adquisiciones al año, es decir, entre 2022 y 2023.



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