Otro privilegio recae en el Vaticano. El Papa ha decidido que a partir de ahora todos los cardenales y jefes de la Curia romana tendrán que pagar el alquiler de la casa de su propio bolsillo y no se permitirán descuentos en alquileres ni contribuciones diversas para alojamiento. El apretón está motivado por la necesidad de recursos para la misión de la Iglesia, también a favor de los “necesitados”.
Derogar las reglas del favor
Los mega áticos o grandes departamentos en el área alrededor de San Pedro, para los cuales las tarifas del Vaticano son a menudo más bajas que las del mercado de Roma, ya no se otorgarán de forma gratuita o con importantes descuentos. La noticia, filtrada ayer por la noche en algunos sitios conservadores, ha sido confirmada hoy por el Vaticano. Con un Rescripto tras la audiencia concedida el pasado 13 de febrero al prefecto de la Secretaría de Economía, Maximino Caballero Ledo, el Papa Francisco ordenó por tanto la derogación de todas las disposiciones que permiten el uso gratuito o en condiciones especialmente ventajosas de los inmuebles propiedad de la curial. instituciones y entidades que se refieren a la Santa Sede, incluidas las Domus.
“Todos hagan un sacrificio”
Es una decisión – reza el Rescripto – tomada “para hacer frente a los compromisos crecientes que exige el cumplimiento del servicio a la Iglesia universal y a los más necesitados en un contexto económico como el actual, de especial gravedad”, con la consiguiente necesidad” que todos hagan un sacrificio extraordinario para destinar más recursos a la misión de la Santa Sede, aumentando también los ingresos por la gestión de los bienes inmuebles”.
El Papa evaluará las excepciones
La disposición se refiere a los cardenales, jefes de dicasterio, presidentes, secretarios, subsecretarios, ejecutivos y equivalentes, incluidos los auditores y equivalentes, del Tribunal de la Rota Romana. Las entidades propietarias de los edificios deberán, por tanto, aplicar, incluso para quienes ocupan altos cargos en la Santa Sede, los precios normalmente aplicados a quienes no tienen cargos de ningún tipo en el Vaticano. Incluso las Domus tendrán que aplicar las tarifas ordinarias establecidas por su propio órgano de administración. Todos aquellos que tengan un contrato subvencionado en curso podrán mantenerlo hasta su vencimiento natural, tras lo cual se aplicará el nuevo régimen deseado por el Papa Francisco. “Cualquier excepción a la nueva legislación debe ser autorizada directamente por el Papa”, dice el Vaticano.