Con Finlandia conseguiríamos más de 1.300 kilómetros donde la OTAN y Rusia están cara a cara. Eso puede ponerte nervioso. Ese miedo a provocar al gran vecino es también lo que frenó siempre a los finlandeses a la hora de dar el paso. Pero ahora que ven cómo le está yendo a Ucrania, esa actitud está cambiando rápidamente. Antes de la invasión, solo el 24% de los finlandeses apoyaba la membresía en la OTAN, hoy casi se ha triplicado al 68%.