Quién instaló el laboratorio de drogas en Holsloot sigue siendo un misterio. Un hombre de 57 años de Oud Gestel, un barrio de Eindhoven, fue el único sospechoso que finalmente tuvo que comparecer ante el tribunal. El juez lo absolvió hoy.
El laboratorio fue descubierto el 5 de enero. Ocho personas fueron identificadas como sospechosas por el poder judicial. En siete casos no hubo pruebas suficientes y el Ministerio Público (OM) decidió no procesarlos. El Ministerio Público dejó el caso de Brabander, de 57 años, a la discreción del juez.
El hombre llevaba algún tiempo perseguido por la policía. Su placa estaba en el expediente del Equipo de Infraestructura (FIT), que se ocupa de la delincuencia vial. El coche de Brabander se dirigió hacia Hoogeveen. Fue visto en el cobertizo de Holsloot, donde poco después se desmanteló un laboratorio de drogas.
Según el juez, el material que trajo el hombre no puede vincularse directamente con el laboratorio. Se trataba de materias primas fertilizantes y bioetanol. Este último también se utiliza como desengrasante.
En la casa del hombre había una pistola con silenciador, escondida detrás de una cortina. El Ministerio Público pidió una pena de prisión de cuatro meses por tenencia prohibida de armas. El hombre sabía de la existencia de esa arma, pero no que la tuviera en casa. Su esposa le dijo al juez hace dos semanas que lo había puesto detrás de esa cortina. La cortina no se usó más.
El juez tampoco consideró suficientes pruebas en este caso y absolvió al hombre del cargo de posesión prohibida de armas. El hombre no recupera el arma.