Es un sueño de muchos: dejar todo atrás y viajar por el mundo. Para casi todos sigue siendo un sueño, pero no para Myrthe Groenendaal (29) y su novio Joshua Verdonk (36). Han dado el paso y pronto emprenderán un viaje por el mundo desde el puerto de Monnickendam con su velero.
Joshua ha estado planeando durante años salir con un bote por un período de tiempo más largo. Desde su infancia se ha dedicado a la vela ya los barcos de todas las formas y tamaños. Aún no había llegado a un largo viaje, pero cuando volvió al trabajo después de un agotamiento y quedó atrapado en el tráfico, tomó la decisión. “Tenía que realizar mi sueño porque de lo contrario me arrepentiré por el resto de mi vida”. Como un espectro, Joshua imaginó la muerte prematura de su abuelo. “Falleció diez días después de jubilarse”.
primera fecha
Hace tres años Joshua conoció a Myrthe y en su primera cita le contó su ferviente deseo de hacerse a la mar durante mucho tiempo. Myrthe no tiene nada que ver con los barcos y por eso tuvo que tragar saliva cuando su novio decidió hacer realidad sus sueños. Vendió su casa por una gran ganancia y compró un barco viejo. “Un Southerly, de más de 10 metros de largo y más de 3,5 metros de ancho con un calado poco profundo”, dice Joshua con orgullo, “y lo que es realmente especial es que la quilla es retráctil y el barco puede secarse”.
La pareja ha estado trabajando en el barco todos los días desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche durante meses, para restaurarlo y convertirlo en un hogar que pueda soportar todas las tormentas.
Por cierto, navegar sigue siendo una cosa, porque Myrthe no puede navegar. “Ahora puedo manejar la bicicleta y estoy muy orgulloso de eso”. No tienen miedo de lo que está por venir. Tienen el tiempo y Joshua es muy técnico y puede hacer y reparar cualquier cosa. “Primero practicaremos vela y vela antes de salir al mar”, dice Joshua.
Soledad
Myrthe mantiene una lista de todas las cosas que se han hecho y que aún deben hacerse. “Once más para el final y finalmente podemos dormir aquí”, dice, “y lo deseo tanto. Porque he terminado un poco con los preparativos”.
Debido a todo el trabajo en el barco, la fecha de salida ya se ha movido varias veces. Ahora esperan navegar hacia el sur hacia el Mediterráneo a mediados de mayo. Es un viaje abierto. Mientras les siga gustando y no se acabe el dinero. “De lo contrario, haremos trabajos remunerados en los barcos en el camino”, dice Myrthe. ¿No ve nada en contra de ellos? “Sí”, dice ella, “la soledad y que voy a extrañar mucho a mi familia y amigos”.
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