Vivir en el corazón de Amsterdam por 181,50 euros al mes, incluyendo luz, gas y agua. Esto es imposible para muchos holandeses, pero no para una mujer que ha trabajado en el Hotel Victoria durante casi toda su vida. En 1987 alquiló una casa a su empleador por un precio fijo. Ahora ella todavía vive allí. Para disgusto del nuevo dueño de la propiedad, que quiere que ella pague un alquiler normal. O incluso irse.
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