Una mujer embarazada en el estado americano de Texas a la que excepcionalmente se le concedió permiso para abortar se traslada a otro estado. La Corte Suprema pospuso esa decisión porque el estado la apeló y no puede esperar por motivos de salud.
Cate Cox, de 31 años, tiene aproximadamente veinte semanas de embarazo de su tercer hijo, que padece una enfermedad mortal. Como sus médicos dijeron que no podían realizar un aborto por temor a las consecuencias legales, la mujer solicitó permiso judicial.
Durante el juicio, habló sobre los riesgos para la salud del embarazo, incluida la posibilidad de quedar infértil.
El primer juez estuvo de acuerdo en que los riesgos para la salud de Cox eran motivo suficiente para someterse a un aborto legal. Pero el fiscal general de Texas, Ken Paxton, quiere que el tribunal más alto del estado revoque esa decisión. Cox no quiere esperar a la Corte Suprema por razones de salud y por eso ha huido, informa el Centro de Derechos Reproductivos, que brinda asistencia legal a Cox.
Texas tiene una de las leyes de aborto más estrictas de Estados Unidos. Los médicos pueden enfrentar hasta 99 años de prisión y una multa de hasta 100.000 dólares por abortos ilegales. El procedimiento sólo está permitido en casos muy específicos, por ejemplo si la salud de la mujer está en riesgo.
Según los medios estadounidenses, el hecho de que Cox tuviera razón en su caso contra el estado de Texas fue algo muy excepcional.
Hooggerechtshof Texas draait zeldzame goedkeuring abortus terug
Vrouw krijgt zeldzame toestemming voor abortus in antiabortusstaat Texas