Monza vuela, pero Berra marca el 2-1 en el minuto 93. El ascenso a A se decide el domingo en Pisa

En la final de ida, en el U-Power Stadium, un gran test para el equipo de Stroppa, pero los toscanos encuentran el gol que mantiene viva la esperanza en plena recuperación. Regreso al Garibaldi Arena en Pisa el domingo por la noche.

Monza está a 90 minutos de un ascenso histórico a la Serie A. En un U-Power Stadium repleto, con casi diez mil aficionados presentes, el equipo de Giovanni Stroppa ganó 2-1 el partido de ida de los playoffs de la Serie B. Ya en cabeza después de nueve Minutos con el habitual Dany Mota, los jugadores de Brianza encuentran el doblete con Gytkjaer, que marca un cuarto de hora después de su entrada al campo. Sin embargo, quedan algunos pesares por el gol sufrido en la final. Pisa persigue de inmediato y hace el juego por mucho tiempo, pero con algunos errores demasiado cerca de la portería de Di Gregorio, logrando marcar solo en los últimos segundos con Berra. Un gol, el de los nerazzurri toscanos, decisivo para mantenerse con vida de cara al partido de vuelta, el domingo en el Garibaldi Arena: para celebrar un nuevo ascenso tras 32 años tendrán que ganar por al menos dos goles. En caso de empate, de hecho, irá a la prórroga y posiblemente a los penaltis ya que ambos terminaron en tercer lugar con 67 puntos.

Monza inmediatamente

Stroppa echa arriba a Dany Mota junto a Ciurria, con Gytkjaer y Mancuso, los hombres que habían marcado los goles de la final, en el banquillo. Una elección que vale la pena ya que los dos delanteros de Brianza hablan y encuentran la red a los nueve minutos. El primero recoge un pase de la defensa e inicia la acción, luego remata a Ciurria y vuela al área para cerrar la acción. D’Angelo confirma el once que había ganado al Benevento con Lucca en lugar del Torregrossa, pero el problema de acierto de sus muchachos no se localiza: es cuestión de equipo. Arranca Marin que en el 21′ no da en el arco en un centro de Beruatto. Y luego a partir de ahí los locales rozaron el 2-0 con una acción similar a la de la ventaja inicial. En la segunda parte de la primera mitad, sin embargo, es sobre todo Pisa para empujar. Al 33′ Espléndido centro de Lucca en el que Puscas no llega por un pelo. Dos minutos después el delantero rumano es puesto de frente a la portería por Birindelli, pero este no controla el balón y dispara alto al principio. La última ocasión acaba en los pies de Benali, que hace dueto con Puscas pero ni él encuentra el espejo de la portería.

Reabierto en el último minuto

El segundo tiempo comienza con un remate (tapado) de Carlos Augusto nacido de una buena jugada de Machín, pero sobre todo con la misma intensidad que resiste desde el primer minuto. Efectivamente, al principio los ritmos son una locura. A los pocos segundos Lucca echa a perder de cara a la portería en lugar de servir a Puscas, al otro lado del campo Nicolás obra de milagro el corte de Barberis en el área. Al 57′ Stroppa mandó al campo al vikingo Gytkjaer y D’Alessandro por Ciurria y Mazzitelli. Pisa sigue atacando, pero sin afectar mucho y luego D’Angelo también intenta cambiar algo metiendo a Siega y Sibilli, por el centrocampista ofensivo Benali y Mastinu. Enseguida enciende Sibilli, salta a un defensor y pega al poste (63′), mientras que al 71′ también están Torregrossa (por Puscas) y Gucher (por Marín). A la larga, sin embargo, son los cambios de Monza los que producen efectos. En el 74′ D’Alessandro pone por el medio a Mota, neutralizado por un Nicolás aún sorprendente, pero en el rechace está Gytkjaer dispuesto a marcar el 2-0. Monza se las arregló muy bien hasta el minuto 93, cuando se dejó poner de cabeza por el recién llegado Berra. Un destello que lo vuelve a abrir todo.



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