Aunque el líder norcoreano Kim Jong-un (39) es mejor conocido por sus crudas amenazas, el domingo pasado mostró un lado completamente diferente de sí mismo. Al parecer, el dictador se emocionó al hablar del descenso de la tasa de natalidad en su país. Kim pidió a las mujeres norcoreanas que tengan más hijos. “Poner fin a la caída de la tasa de natalidad y garantizar un buen cuidado y educación de los niños son cuestiones familiares que debemos resolver junto con nuestras madres”, afirmó.
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