La idea del Ministerio Público es sencilla. ¿Por qué no devolver la propiedad de los delincuentes a la sociedad, por ejemplo a través de proyectos en barrios vulnerables?
No es que ahora se repartan coches deportivos y relojes caros. Pero, por ejemplo, una cesta llena de productos sanitarios de lujo. Y esto es lo que el fiscal general adjunto Jeroen Steenbrink lleva consigo durante su visita hoy al supermercado Fris en Nieuw-West. «Como Ministerio Público nos enfrentamos a una serie de bienes incautados que son nuevos y que normalmente destruiríamos».