El esloveno marcó la diferencia con el «dropper», una tija telescópica, que se suele utilizar en ciclismo de montaña
Ahora llámalo genio kamikaze. La Milano-Sanremo de Matej Mohoric es un «Monumento» al coraje, la imaginación y la innovación. El esloveno se suma al club de los grandes del descenso, pero también al de los visionarios capaces de señalar un nuevo camino.