Una campaña de fichajes en la que participaron 10 jugadores por más de 130 millones de euros, pero no todos estuvieron a la altura de las expectativas. Los rossoneri intentarán arreglar el problema en enero, pero el primer fichaje realmente “nuevo” es el centrocampista argelino
En enero, cuando las grandes maniobras del Milan para reforzar la plantilla se hayan concretado, los rossoneri ya podrán contar con un “nuevo fichaje”, y será un gran golpe: el regreso de Ismael Bennacer puede cambiar la cara del el equipo, porque hoy a Pioli le falta un jugador como él. El argelino es ahora un milanista en todos los aspectos, conoce el juego y no necesitará tiempo para recuperar el control del centro del campo, Pioli ganará tiempo con Bennacer. Sin embargo, el hecho mismo de haber cambiado tanto durante el verano resultó ser un riesgo para el AC Milan: los propietarios invirtieron alrededor de 132 millones en la compra de diez jugadores, pero no todos demostraron estar a la altura, al menos no por ahora. Pienso en Chukwueze, que en España, con la camiseta del Villarreal, hizo cosas maravillosas pero que en Milán sigue siendo un jugador demasiado tímido: una cuestión de adaptación, por supuesto, pero también de presión. Debido a que la camiseta rossoneri pesa más que las demás, resistir el impacto de un estadio como San Siro requiere una considerable cantidad de personalidad. Al igual que el nigeriano, otros recién llegados también están pasando apuros. Una señal de que la campaña de fichajes de verano fue importante, pero que tal vez se cometieron algunos errores de evaluación en la fase de planificación: por innovador y fascinante que sea, el sistema “Moneyball”, es decir, el que se basa en algoritmos para elegir al más adecuado para el proyecto técnico, evidentemente no está exento de errores.
el mercado para corregir
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Es probable que el Milán quiera corregir lo hecho retocando la plantilla en todos los aspectos, aunque intervenir para mejorar las cosas no sea suficiente. Lo que espero es que los objetivos del mercado de fichajes de invierno estén a la altura de la camiseta rossoneri: arreglar las cosas en marcha sólo tiene sentido si se sube el nivel. Si los directivos trabajan en esta dirección, el Milán podrá recuperar terreno y ser más competitivo. Aunque volver a la carrera por el Scudetto es objetivamente muy difícil, ocho puntos del líder Inter son muchos, y el Milán discontinuo de los últimos tiempos, sin virar, corre el riesgo de quedarse aún más atrás. Creo que Pioli y su equipo deben centrarse primero en la zona de la Champions y no perder de vista este objetivo, el resto se verá en el camino. La ambición también se ve alimentada por los resultados.
el presente
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El futuro, sin embargo, es ahora, no tiene sentido andarse con rodeos. La reanudación del parón internacional deparará dos partidos, contra la Fiorentina en la Serie A y contra el Borussia Dortmund en la Liga de Campeones, en los que el Milán no puede permitirse el lujo de cometer errores. Pioli debe ganar y hacerlo sin Leao, y con Giroud sólo disponible en la copa, parecerá una hazaña. El portugués siempre marca la diferencia, es una pena que se haya lesionado justo después de demostrar de lo que es capaz ante el PSG: espero que Hernández y Loftus-Cheek arrastren a sus compañeros. El inglés puede tener un gran impacto, siempre y cuando esté en buena forma física. Giroud, sancionado con la Fiorentina, es un referente y es garantía de goles. Por eso las elecciones de formación de Pioli serán especialmente delicadas: las alternativas hasta ahora no han convencido, es de esperar que Chukwueze saque a relucir la personalidad que le ha faltado hasta ahora y que Jovic pueda desbloquearse. Pulisic tiene grandes cualidades, también lo ha demostrado en los rossoneri, pero solo no puede ser suficiente, habrá que pensar en equipo. Nunca como esta vez.
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