Meloni, la outsider que ha avanzado: quién es la primera mujer primera ministra de un gobierno de extrema derecha en la historia

Nunca había sucedido que al frente de Italia fuera un miembro de la derecha. Nunca había sucedido que en Italia una mujer estuviera al frente de un gobierno. Giorgia Meloni ha roto ambos tabúes. Efectivamente hay otra: nunca había pasado que un partido pasara de una elección a otra del 4 al 26%. Mucho se ha hablado de su complicada infancia. El padre huyendo a Canarias, la casa burguesa del barrio romano de la Camilluccia que arde, obligándola a ella, a su hermana mayor Arianna ya su madre a trasladarse a Garbatella, un barrio popular, otrora rojo.

La carrera fulminante: de Garbatella a Fratelli d’Italia

Es allí donde se hace adolescente, allí decide matricularse en un instituto profesional donde podrá estudiar idiomas. La política también llegó en esos años. “Los chicos que más se dedicaban al compromiso político buscaban referentes, su propia dimensión, querían pertenecer a algo”, escribe en su autobiografía (“Yo soy Giorgia. Mis raíces, mis ideas”, Rizzoli). A la derecha sigue el MSI pero es inminente el punto de inflexión de Fiuggi junto con el nacimiento de la Alianza Nacional y el progresivo alejamiento pretendido por Gianfranco Fini de la parafernalia nostálgica posfascista. Meloni elige la sección de Colle Oppio, la de los “Gabbiani” de Fabio Rampelli, que acaba de ser reelegido vicepresidente de la Cámara. Su carrera fue fulminante: a los 21 años fue elegida consejera provincial, a los 27 fue presidenta de Acción Joven, a los 29 diputada y vicepresidenta de la Cámara y dos años después, en 2008, ministra de la juventud.

Luego viene el final de An, el nacimiento del PDL, la ruptura primero con Fini y luego en 2012 con el partido de Berlusconi para dar vida a Hermanos de Italia junto al ex azul, el «gigante» Guido Crosetto, y un exponente historiador primero. del MSI y luego de An como Ignazio La Russa. Con ella, sin embargo, también están sus antiguos compañeros de militancia: de Rampelli a Marsilio, de Fazzolari a Acquaroli y Lollobrigida que años antes se casó con su hermana Arianna y luego con Donzelli. También llega Raffaele Fitto, él también ha regresado de la ruptura con Berlusconi y sobre todo muy activo en Estrasburgo. Será Fitto quien le sugiera que se una al grupo del que él formaba parte, el de los conservadores que la mantenían alejada (a diferencia de Matteo Salvini) de la extrema derecha de Identidad y Democracia donde están Le Pen y también Adf.

Enfoque pragmático

Nadie apuesta por ella. “No sale de la circunvalación”, fue el comentario más benévolo. Y en cambio, de ese 1,96 por ciento al debut en 2013 en política pasó al 4,35 cinco años después llegamos al 26 por ciento logrado hace un mes junto a la dirección del centroderecha y ahora al frente del país. Un éxito debido a un enfoque pragmático, donde la política económica y fiscal se orienta a potenciar y proteger el sistema productivo y el trabajo, y donde se apoya «el interés de la Nación» sin guiñar demasiado la demagogia.

Así es como Fratelli d’Italia comienza a atraer exponentes que ciertamente no pueden considerarse cercanos a la derecha nostálgica: de Giulio Tremonti a Marcelo Pera, de Giulio Terzi di Sant’Agata a Carlo Nordio. La jornada programática de Milán del pasado mes de abril es su sello. La elección del capital económico no es casual. Meloni decide jugar en lo que tanto Forza Italia como la Lega aún consideran su hogar. Pero es una ilusión que el veredicto del 25 de septiembre borrará para siempre. Pero ahora viene la prueba más difícil para Meloni en quizás el momento más complicado desde la guerra. La expectativa es muy alta y decepcionarse es muy fácil. Al menos eso es lo que esperan sus adversarios y, probablemente, también algunos de sus aliados.



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