Mattarella: el trabajo no es una mercancía, es necesario el equilibrio para aplicar la Constitución


«Hoy asistimos a una fragmentación del trabajo, incluso en un contexto en el que los indicadores de empleo muestran signos globales positivos. Por un lado, empleo estable, trabajo profesional cualificado, sectores punteros, organización empresarial atenta a la calidad. Por el otro, el desempleo, los bajos salarios, la precariedad, el gangmastering, los retrasos en la entrada de jóvenes y mujeres al mercado laboral, los desequilibrios salariales por igual trabajo. Entre estas polaridades resiste el trabajo más tradicional, el que todavía constituye el principal pilar de las relaciones sindicales y que mantiene vivo el marco de la negociación colectiva. Pero las transformaciones son apremiantes y siempre es necesario redefinir el equilibrio para implementar plenamente las disposiciones constitucionales». Lo afirmó el Presidente de la República, Sergio Mattarella, en su discurso en el Quirinal con motivo de la ceremonia de celebración del centenario de la institución de la «Estrella al Mérito del Trabajo».

Poner a la persona en el centro para estar al día con los desafíos

«Cuando la Constitución habla de República fundada en el trabajo no propone el concepto de trabajo como mercancía, sino el de ‘persona que trabaja’, como protagonista y, como ciudadano, sujeto de derechos y deberes. Es la persona que trabaja la que representa el vínculo con el progreso y el crecimiento de la calidad de vida», el Presidente de la República Sergio Mattarella. «La Federación de Maestros Obreros realiza un generoso trabajo colegiado que va en esta dirección. Considero importante -y le expreso mi profundo agradecimiento- su programa de actividades que culminará el año próximo con la conferencia nacional que usted ha dado por título: «Un nuevo humanismo del trabajo». Humanismo significa precisamente la centralidad de la persona, y es por este camino que mejor puede avanzar la aplicación de nuestra Constitución, a la par de los gigantescos desafíos sin precedentes de la época», concluyó el Jefe de Estado.

No escapes al desafío de la tecnología pero reduce el riesgo de fracturas

«Quizás nunca antes se habían producido cambios tan profundos, rápidos e impactantes en las expectativas personales y en los planes de vida como en las últimas décadas. Sin embargo, nada cambia el carácter del trabajo, expresión de la creatividad humana y medida de la contribución de todos a la vida de la comunidad. La aceleración tecnológica trae consigo una ambivalencia social, la necesidad de opciones y de responsabilidad», afirmó el Presidente de la República. «No podemos escapar al desafío, ciertamente no podemos perder la oportunidad de dar un salto adelante – añadió el Jefe de Estado – Sin embargo, el desarrollo debe regirse con inteligencia y claridad de visión para aprovechar las oportunidades de mayor bienestar de la comunidad y reducir los riesgos de fracturas sociales, marginación y desertificación de algunos territorios».

Mattarella, el trabajo es un vehículo para la libertad

«Los constituyentes decidieron señalar en la obra la fundación de la República nacida de la Resistencia y la Liberación. Una elección generativa, por decirlo en una expresión eficaz y moderna, para echar raíces sólidas en la sociedad. Una Constitución pluralista – escribió Giorgio La Pira incluso antes de la votación final de la Carta, hace setenta y cinco años – a diferencia de una Constitución estatista o individualista, sólo puede construir su propio sistema sobre el trabajo y la dignidad del trabajo para todos», afirmó el presidente de la República. «El artículo 4 – recordó el Jefe de Estado – fue colocado en el primer proyecto como artículo 31. Fue trasladado entre los principios generales, precisamente para subrayar el carácter no sólo económico, sino comunitario y social del trabajo», que «está en De hecho, una condición central para el pleno desarrollo de la personalidad humana. Es, por tanto, también un vehículo de libertad. «Al contribuir al crecimiento de la comunidad se expresa una parte incompresible de nosotros mismos. Y el artículo 4 vincula el derecho al deber. Nuestra democracia permanece ligada a esta ética del trabajo – concluyó Mattarella – incluso si el trabajo cambia continuamente, impulsado por las nuevas tecnologías, por las dimensiones siempre cambiantes de los mercados, por cambios que afectan también a los modelos sociales».

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