Los miembros de Extinction Rebellion fueron llevados a la comisaría después de una manifestación en la casa provincial de Haarlem. Cinco manifestantes treparon la cerca y colgaron una pancarta en el rellano instando a la provincia a cerrar Tata Steel.
Mientras los cinco manifestantes en la plataforma corean consignas con un megáfono, un segundo grupo de manifestantes se para frente a la valla. “Tata debe cerrarse”, dice Josée van der Veer de Extintion Rebellion. “La empresa enferma a mucha gente. Ahora se investiga si el agua subterránea está contaminada con cromo. Va de mal en peor”. Cuando se le pregunta si este tipo de acciones tienen sentido, el manifestante Roland van Hell responde afirmativamente. “A veces hay que despertar a la gente”.
“¡Que esa gente vaya a trabajar!”
Algunos transeúntes reaccionaron de manera crítica a la manifestación. “Cerrar Tata es una mala idea”, dice un senior en la bicicleta. “Al menos 9.000 personas trabajan allí. Un total de 20.000 personas en el área están conectadas. ¿De qué estamos hablando? Ese algo tiene que cambiar, eso es otra cosa. Pero que esa gente se vaya a trabajar”. Una señora observa la manifestación desde el otro lado de la calle. “Mi padre trabajaba en Tata, mi boca se alimentaba con eso. Pero la contaminación que está pasando allí tampoco es buena. Entonces sí, apoyo esta manifestación”.
Provincia dice que no cumplirá con la demanda
Un portavoz de la provincia dice en una respuesta que la provincia no puede cumplir con la demanda de Extinction Rebellion: “El diputado ambiental Jeroen Olthof también habló con los manifestantes en el gobierno provincial el mes pasado. Luego explicó que la provincia no estaba cumpliendo con los deseos de la provincia “Tata tiene un permiso y mientras cumplan con los acuerdos no podemos retirarlo. Sin embargo, estamos trabajando constantemente para endurecer los requisitos y, por lo tanto, reducir las emisiones”.
Policía arrastra a manifestante
Después de dos horas, la policía decide intervenir. Un autobús de la policía está esperando frente a la puerta. Luego, cuatro oficiales se acercan a los cinco manifestantes en la plataforma. Después de una breve conversación, dos oficiales sacan a rastras a un manifestante de la plataforma. El resto de los manifestantes están más dispuestos a ser eliminados. “Terrible que se los lleven a remolque”, dice Josée. “Estas son personas que están preocupadas por el clima y el entorno de vida y ahora están siendo remolcadas. Eso en realidad no es posible. El que necesita ser remolcado es el gobierno”.