Está en marcha el programa nacional Equidad en Salud, que dispondrá de 625 millones de euros de aquí a 2027, entre Fers, fondos FSE+ y cofinanciación nacional, con el objetivo de hacer más equitativo el acceso a los servicios sanitarios. Es una novedad absoluta de la programación 2021-2027 de los fondos estructurales europeos en Italia, que se une a otros programas nacionales ampliamente confirmados y 38 programas regionales. Las razones de esta elección del gobierno anterior no son alentadoras: deben buscarse en primer lugar en el progresivo envejecimiento de la población, que exige nuevas inversiones en el Servicio Nacional de Salud (SSN) para garantizar una verdadera universalidad de los servicios, y sobre todo en el empeoramiento general de las condiciones socioeconómicas de los ciudadanos, aunque con grandes desigualdades entre el norte y el sur. Aunque el programa es nacional, y por tanto gestionado de forma centralizada por el Ministerio de Sanidad, que es la autoridad de gestión, los destinatarios de los fondos son las siete regiones del Sur – Molise, Basilicata, Campania, Calabria, Puglia, Sicilia y Cerdeña – que en el En los últimos años se ha observado un aumento del número de personas afectadas por el fenómeno de la pobreza sanitaria, es decir, personas inalcanzables o invisibles para el SNS y que, por tanto, no reciben el tratamiento, terapéutico o preventivo, al que tienen derecho.
Las cuatro prioridades del programa
El programa tiene cuatro áreas prioritarias de intervención, identificadas tanto por su urgencia, pero también en una perspectiva de complementariedad con los objetivos del Pnrr que no cubren explícitamente los objetivos de poblaciones vulnerables que pretenden alcanzar los fondos de cohesión.
1) El primer objetivo se refiere a la lucha contra la pobreza sanitaria mediante la reducción de las barreras de acceso a los servicios sanitarios y sociosanitarios de las personas vulnerables -como las personas migrantes o sin ingresos y con domicilio fijo-, actuando sobre la medicina de proximidad y la creación de comunidades sanitarias capaces de llegar la población residente también fuera de los hospitales.
2) La segunda área se refiere a la inversión en atención de la salud mental. En las Regiones cubiertas por el programa hay un número bajo de estructuras psiquiátricas territoriales – en Molise n. 1,1 equipamientos por cada 100.000 habitantes, 1,4 en Campania y Puglia, 1,5 en Basilicata, 1,7 en Cerdeña, frente a una media de 2,9 en el resto de regiones autónomas y provincias. Además, existe una falta de capacidad para identificar y cuidar rápidamente al paciente, frente a un recurso más frecuente a los tratamientos sanitarios obligatorios, intervenciones que a menudo son estigmatizantes para quienes las sufren, y a las que sólo se debe recurrir en casos de extrema gravedad y urgencia. A través del establecimiento de alianzas entre Municipios y organismos del tercer sector, intentaremos llegar temprano a quienes sufren enfermedades mentales, sin, en la medida de lo posible, alejarlos de la comunidad.
3) La tercera prioridad se refiere a la salud de género a través del fortalecimiento de los centros de asesoramiento. Si el patrón oro preveía un centro por cada 20.000 habitantes, las cifras del Ministerio hablan de un centro por cada 65.000 habitantes en Molise y uno por cada 40.000 en Campania, con la relativa fatiga de los servicios a menudo indispensables para la población femenina más susceptible a sociedad de exclusión, como las mujeres migrantes.
4) Finalmente, el plan dedica fondos a fortalecer los programas de detección de cáncer que no logran llegar a un número satisfactorio de usuarios en el Sur.
Las primeras intervenciones
El Ministerio de Salud, que también es la Autoridad de Gestión del Plan, ya programó dos proyectos prioritarios. El primero es la activación experimental -ya prevista para enero de 2024- de proyectos terapéuticos-rehabilitadores personalizados (PTRP). Financiado con 145 millones de euros entre fondos FSE+ y la cuota nacional, el proyecto pretende impulsar un nuevo modelo de atención de proximidad para quienes desarrollan enfermedad mental a través de vías de atención inclusivas y participativas. La segunda intervención en cambio se refiere al fortalecimiento estructural y tecnológico de los servicios para la prevención de enfermedades oncológicas. Con el objetivo de mejorar el número de pruebas de cribado en el Sur -que según el Ministerio de Sanidad siempre está por debajo del umbral mínimo de garantía-, el programa intervendrá con 76 millones de euros -repartidos entre fondos FEDER y cofinanciación- para reorganizar el puntos de la red para tamizaje también a través de la apertura de nuevos laboratorios en las áreas de salud existentes, así como a través de la compra de autocaravanas equipadas con dispositivos de mamografía digital. Los trámites para la adquisición de los activos y el inicio de las obras están previstos para octubre de 2023, mientras que los nuevos puntos de control estarán operativos a finales de 2024.