Después del lanzamiento y explosión del cohete más grande del mundo la semana pasada en Texas, los residentes de los pueblos costeros cercanos están preocupados por las partículas. Varios activistas ambientales y científicos le piden al canal estadounidense CNBC que investigue los efectos en la salud de las sustancias que han aterrizado en las cercanías del sitio de lanzamiento de Boca Chica.
Un cohete SpaceX de 120 metros explotó casi 4 minutos después del lanzamiento el jueves pasado. Según CNBC, los permisos de la empresa de Elon Musk muestran que los escombros terminarían en un radio de más de un kilómetro de la base en caso de explosión. De hecho, los escombros cayeron hasta Port Isabel y South Padre Island, a unos 10 kilómetros del sitio de lanzamiento.
De acuerdo a Los New York Times en Port Isabel, una ventana debe haberse resquebrajado tras la explosión del misil. Un vocero de Port Isabel confirmó al diario que casi todo el lugar quedó sepultado bajo «una capa bastante espesa de arena y polvo». Sin embargo, no sería perjudicial para la salud. El lanzamiento en sí provocó una gran nube de polvo.
Efectos en la salud
Sin embargo, los ambientalistas dicen que están preocupados por los efectos en la salud de los residentes locales. Los análisis extensos de las sustancias que se han asentado en la ciudad costera deberían proporcionar más información. Grandes trozos de escombros que caen también pueden haber perturbado el hábitat de especies marinas en peligro de extinción cerca del sitio de lanzamiento, como las tortugas.
SpaceX espera eventualmente llevar a la gente a la luna y Marte con Starship. A pesar del fracaso, la compañía dice que ha “aprendido mucho” del lanzamiento.
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