Los eurodiputados que votaron en contra de la resolución que reconoce a Rusia como Estado terrorista anteayer se encontraron ayer con inconfundibles carteles de protesta en las puertas de sus oficinas. Los carteles muestran al presidente ruso, Vladimir Putin, con una huella de mano ensangrentada en la cara. “Con mi voto apoyo a un terrorista”, decía.
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