Médicos estadounidenses han realizado con éxito una cirugía en un bebé por nacer que sufre de una anormalidad rara en los vasos sanguíneos del cerebro. Si los padres no se hicieran la operación, el riesgo de insuficiencia cardíaca o anomalía cerebral sería muy alto.
Kenyatta, de 36 años, se llenó de alegría cuando descubrió que estaba embarazada por cuarta vez. Ese sentimiento de felicidad se interrumpió a las treinta semanas durante una visita al médico. “El médico dijo que estaba preocupado. Había algo extraño en la cabeza del bebé y el corazón también parecía más grande”, dijo Kenyatta a CNN.
El feto resultó tener una anormalidad rara en los vasos sanguíneos. “Entre el 50 y el 60 por ciento de los bebés con esta anomalía se enferman gravemente inmediatamente después del nacimiento. Alrededor del 40 por ciento de estos niños mueren”, explica uno de los médicos del Children’s Hospital de Boston, EE. UU.
Operación
Los padres del pequeño Denver se enfrentaron a una elección desgarradora: no hacer nada y esperar que el niño naciera, o someterse a una operación sobre esta anomalía que nunca antes se había realizado. Se ha convertido en la última opción. Durante la semana 34 de su embarazo, la madre pasó por el quirófano.
La operación fue riesgosa debido a las complejas técnicas utilizadas. Los médicos perforaron la pared abdominal, después de lo cual insertaron un catéter en la cabeza del niño en la vena problemática. Dos días después de la cirugía, Kenyatta dio a luz a Denver, que pesó poco más de 4 libras.
Mientras tanto, Denver parece estar completamente saludable. La niña tiene ahora dos meses. Ella duerme y come bien. “Ella nos ha demostrado desde el principio que es una luchadora”, dice Kenyatta.
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