Los hombres en el frente y las mujeres en los bunkers o refugiados con el resto de la familia. La guerra de Ucrania, en términos de igualdad, nos retrotrae casi un siglo


Antonella Baccaro (foto de Carlo Furgeri Gilbert).

GRAMO.ellos hombres en el frente y mujeres en los bunkers o refugiados con el resto de la familia. La guerra de Ucrania, en términos de igualdad, nos retrotrae casi un sigloa una situación de la Segunda Guerra Mundial.

Un susto del que será difícil recuperarse, ya que incluso la pandemia ya había trazado un surco, aunque menos dramático, entre los destinos masculino y femenino.

El hecho es que la abolición del servicio militar obligatorio en muchos países occidentales borró un pasaje que alguna vez distinguió profundamente la vida de los niños de la de las niñas, brindándonos la ilusión de un deber igualitario.

Una impresión acentuada por la Creciente presencia de mujeres en las Fuerzas Armadas y por el nombramiento, en Italia como en otros lugares, de ministros de defensa. Pero la realidad es otra y hay que reconocerlo: nadie niega que el destino de las mujeres que se quedan en casa para defenderse, cuidar de los que se quedan o de los que se van, es cruel y arriesgado.

Ciertamente, la realidad del frente requiere un espacio adicional.. La de quien pone en juego su propia vida pero sobre todo en cada momento está llamada a decidir por la de otro ser humano.

Quitar la vida es un acto que no forma parte de la experiencia de la mayoría de nosotras las mujerespues la nuestra está ligada exactamente a lo contrario: traer existencias al mundo y, a veces, cuidarlas hasta la muerte.

Hace unos años, para el Tempo delle Donne, traté el tema del cuidado, tratando de comprender si la indiscutible actitud femenina, retratada a lo largo de los siglos por la literatura y otras artes, glorificada en imágenes como la del «ángel del hogar», si no fuera por las mujeres de hoy que trabajan una combinación para disolverse.

la respuesta fue que la actitud no puede ser una jaula y ese cuidado hoy debe ser compartido. todavía lo creo. Pero las imágenes de los hombres al frente me llevan a pensar que en momentos excepcionales, como una pandemia o una guerra, nuestra diversidad es autoimpuesta.

¿Se puede considerar esto un retiro de la humanidad? Está. Pero, ¿qué es la guerra, sino un retorno a impulsos primordiales que creíamos haber sofocado?

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