El Depósito Arqueológico del Norte (NAD) en Nuis almacena aproximadamente 300.000 hallazgos de Drente, Groninga y Frisia. Debido a que allí casi todos los objetos acumulan polvo (por decirlo de manera irrespetuosa), se ha puesto en marcha un plan para traer temporalmente algunos hallazgos a “casa”, con Drente como provincia de prueba.
“Las excavaciones de todo tipo se llevan al depósito de Nuis, pero luego se quedan allí. Es una verdadera lástima”, afirma Harrie Wolters, director del Centro Hunebed en Borger. Este centro es una de las partes implicadas, junto con, entre otros, la NAD y el Instituto de Arqueología de Groningen. “Por eso queremos traer esos hallazgos al lugar del descubrimiento para contar la historia”, explica Wolters.
Estos lugares albergan actualmente zonas residenciales, escuelas o centros comerciales, por ejemplo. Nada nos recuerda lo que una vez estuvo allí. “Podría haber una historia fantástica detrás de esto. Quizás hubo una vez un gran pueblo allí en la Edad del Hierro”.
La intención es crear un programa de tres meses en cada municipio de Drenthe. Existirá un grupo de trabajo por cada municipio, en el que participarán participantes e interesados de la zona. “Invitamos a la gente a esos municipios y presentamos las excavaciones. Junto con la gente hacemos una especie de elección: ¿qué objetos son los más divertidos?”, explica Wolters.
“Entonces comenzaremos a trabajar en la creación de una exposición temporal”. Se pretende también trazar un recorrido, colocar señales y poner en marcha proyectos educativos.
Wolters destaca que los habitantes de los municipios determinan qué hallazgos se destacan. “Porque así consigues más apoyo”, afirma. “No vamos a decidirlo nosotros mismos, lo haremos juntos”.
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