¿Cómo mantenerse abrigado sin que la carga financiera sea demasiado grande? Probablemente algunas personas se estén preguntando eso ahora mismo. Jan Bornemann y Jan-Peter Peters, del Centro del Consumidor de Hamburgo, explican cuál es la mejor manera de comportarse en la situación actual. También se muestran las alternativas que existen.
Calienta eficazmente y ahorra electricidad.
¿Qué opciones hay para ahorrar gas y electricidad sin tener que comprar una nueva calefacción o electrodomésticos más eficientes, lo que inicialmente supone costes adicionales? Jan-Peter Peters, experto en energía del centro de asesoramiento al consumidor de Hamburgo, explicó a NDR que depende de la situación individual y que no hay ningún consejo general a seguir. Porque es crucial si vives en un edificio nuevo o antiguo, qué radiadores tienes y qué tan bien aisladas están las ventanas. Según Peters, hay al menos una cosa a la que todo el mundo debería prestar atención: la temperatura ambiente no debe bajar de los 16 °C, de lo contrario “podría formarse condensación y, en algún momento, se formaría moho”. La ventilación de choque regular puede evitar esto. Para evitar que la habitación se enfríe demasiado rápido, también podrían ser útiles unas cortinas pesadas delante de las ventanas, especialmente si el aislamiento es insuficiente. También tiene sentido calentar sólo habitaciones muy habitadas.
Según Peters, invertir en un dispositivo de medición de energía podría tener sentido para aparatos eléctricos más grandes y posiblemente más antiguos. De esta forma podrás calcular cuánta energía consume el frigorífico o el televisor al año y si merece la pena adquirir uno nuevo. Jan Bornemann, asesor jurídico del centro de asesoramiento al consumidor de Hamburgo, recomienda en una entrevista con NDR volver a examinar los contratos actuales. Sobre todo, debes fijarte en la cantidad que pagas por kilovatio hora. Porque el gas y la electricidad se calculan en función del consumo, es decir, kWh. También debes comprobar si existe una garantía de precio en el contrato. Esto protege a los consumidores de los aumentos de precios. Si el precio aumenta, puedes emprender acciones legales contra ello.
Rbb24 informó sobre un caso similar en febrero. En este caso, el proveedor aumentó los precios a pesar de una garantía de precio e ignoró la posterior cancelación del cliente. Buscó asesoramiento jurídico y finalmente pudo rescindir el contrato. Estos casos también son una razón por la que el Centro de Atención al Consumidor recomienda plazos cortos para los contratos de electricidad y gas. Después de rescindir un contrato vigente, también debes pensar si debes acudir a cuidados básicos. No hay garantía de que los precios sigan siendo así, pero en Hamburgo, por ejemplo, el suministro básico de gas se encuentra actualmente a doce céntimos/kWh. En tal caso, tiene sentido acudir a la atención primaria, afirma Bornemann.
Otro punto al que prestar atención son los pagos adicionales. Es posible que haya pagos adicionales más elevados, especialmente en la fase actual. Siempre debes comprobarlos. El centro de atención al consumidor también puede ser la persona de contacto adecuada. Puede suceder que se transmitan al proveedor lecturas de contador incorrectas. En tal caso, deberá corregirse el importe a pagar. Si las lecturas del medidor son correctas, puede aceptar pagar a plazos si el monto del pago adicional es alto.
¿Existen alternativas a la calefacción de gas?
Por supuesto, hoy en día es posible calentar sin gas. El cambio a energías renovables en particular puede brindarle independencia de los proveedores y, a menudo, cuenta con el apoyo del Estado. La bomba de calor se considera la alternativa líder y preparada para el futuro. Las bombas de calor funcionan de manera similar a un refrigerador, sólo que a la inversa. El calor ambiental del aire, del agua subterránea o de la tierra se encuentra aquí con un refrigerante, por lo que el aire se evapora incluso a baja temperatura. La presión resultante se aumenta aún más mediante un compresor y el calor resultante se utiliza para calentar los espacios habitables, explica Focus Online. Aquí hay diferentes modelos, cada uno cuesta entre 10.000 y 25.000 euros. Los costes de compra son bastante elevados, además de los costes de la electricidad, necesaria para el funcionamiento de la bomba de calor. Esto puede costar hasta 1.000 euros al año. Sin embargo, estos costes se pueden reducir significativamente con un sistema fotovoltaico. Si cambia la bomba de calor por su antiguo sistema de calefacción, podrá recibir subvenciones estatales de hasta el 45 por ciento, según Bosch.
Además de la bomba de calor, existen otras alternativas. También puede modernizar su calentador de gas actual y convertirlo en un modelo híbrido. Una caldera de condensación de gas se puede combinar, por ejemplo, con un sistema solar. Sin embargo, la compra, incluida la instalación, parte de unos nada baratos 6.000 euros. Dependiendo del modelo y si con o sin depósito de agua caliente, la compra puede costar hasta 19.000 euros. Sin embargo, si se reemplaza un viejo sistema de calefacción, hay un subsidio del 30 por ciento sobre los costos totales de inversión. Los modelos híbridos de calefacción de gas también están disponibles en combinación con una bomba de calor. La calefacción con leña también se considera calefacción sostenible, porque la madera quema el CO2 que los árboles previamente absorbieron durante su crecimiento y lo convierte en oxígeno y biomasa. En vista de la evolución de los precios en comparación con el gas, la calefacción a leña podría merecer la pena, especialmente si tienes la posibilidad de cortar leña tú mismo. El Estado también cubre hasta el 45 por ciento de los costes de inversión, afirma Viessmann. Sin embargo, para poder aprovechar la opción perfecta para ti, te recomendamos acudir a un especialista, ya que las opciones son limitadas dependiendo de dónde vivas.
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