Las distintas variantes del virus SARS-CoV-2 pueden dar lugar a diferentes síntomas en el llamado Long Covid, como se definen las consecuencias a largo plazo que se producen en algunas personas recuperadas de la enfermedad. Así se desprende del estudio italiano de la Universidad de Florencia y el Hospital Universitario Careggi, que será presentado en abril en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, en Lisboa (Eccmid 2022).
Para las tres cuartas partes al menos un síntoma persistente
“Fue un trabajo multidisciplinario que involucró a muchos profesionales diferentes”, dijo a Ansa el coordinador de la investigación, Michele Spinicci, de la Universidad de Florencia. El 76 % de los 428 pacientes que participaron en el estudio reportaron al menos un síntoma persistente después de la recuperación: los más comunes fueron dificultad para respirar y fatiga crónica, seguidos de problemas para dormir, ver y nublar el cerebro.
La gravedad de la enfermedad es un factor clave
Los datos muestran que las personas que habían contraído el virus de una forma más grave, por lo que requirieron inmunosupresores u oxígeno durante la hospitalización, tenían más probabilidades de tener algún tipo de Long Covid. “Esta asociación no nos sorprende, aunque –comenta la investigadora– sabemos que los síntomas persistentes también pueden ser reportados por sujetos que han tenido formas más leves de Covid-19”.
Mujeres mucho más susceptibles a las secuelas
Además, se descubrió que las mujeres eran mucho más susceptibles a las secuelas del virus, el doble que los hombres. “Este dato también ha sido reportado en otros estudios, pero por el momento no hay una explicación única”, dice Spinicci. ‘Existen hipótesis sobre posibles diferencias en la intensidad de la respuesta inmune a la infección entre hombres y mujeres. Por otro lado -añade- sabemos que incluso en la fase aguda el virus se comporta de forma diferente entre los dos sexos, exponiendo a los hombres a un mayor riesgo de evolución negativa».
Qué cambia según las variantes
Al comparar los síntomas de las personas que enfermaron en 2020 (cuando la forma original del SARS-CoV-2 era dominante), con los infectados en 2021, cuando circulaba más la variante Alfa, los investigadores encontraron diferencias significativas: en el segundo grupo Los síntomas como dolor muscular, insomnio, cerebro nublado y ansiedad o depresión fueron más comunes, mientras que la pérdida del olfato, la dificultad para tragar y los problemas auditivos se volvieron menos comunes. “Es la primera vez que los síntomas de la covid prolongada se relacionan con las diferentes variantes” y el estudio, concluye Spinicci, “muestra que debemos hacer más para ayudar a los pacientes incluso a largo plazo”.