No todos los árboles de Navidad pueden decorarse con bolas doradas, serpentinas rojas o luces parpadeantes con los colores del arcoíris. Tampoco con un pico en la parte superior ni grandes regalos debajo de sus ramas: pueden ser de plástico o reales. Sin embargo, a veces esos pequeños encuentran un lugar en la casa de alguien, mientras que todos prefieren pasar de largo en el centro de jardinería o en el vivero de árboles. Adoptado, por así decirlo, por una especie de amor hacia aquellos “que están pasando por momentos más difíciles”. El árbol está desnudo, estéril, asimétrico y básicamente simplemente… feo.
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