El Inter Miami viajó a Hong Kong con los campeones del mundo para un partido de exhibición. Pero todo resultó diferente a lo esperado para los fanáticos.
El revuelo fue enorme, la decepción aún mayor. Por eso, la estrella del fútbol mundial Lionel Messi tuvo que escuchar un coro cada vez mayor de silbidos cuando apareció en el banquillo del Inter de Miami en Hong Kong, que se convirtió en huracán al final del partido de exhibición contra una selección local.
El capitán argentino campeón del mundo desató una verdadera «Messimanía», con casi 40.000 espectadores que acudieron el domingo al estadio de Hong Kong. Habían pagado hasta 115 euros por una entrada para ver una vez en la vida al mejor jugador de su época. Diez minutos antes del final, la amarga decepción se convirtió en ira.
Beckham también fue abucheado
Después del partido, el copropietario de Miami, David Beckham, intentó en vano agradecerle por su «increíble apoyo»: fue abucheado, al igual que Messi, que parecía sufrir una lesión en el muslo, y el uruguayo Luis Suárez (lesión en la rodilla). quien tampoco apareció en el terreno de juego.
«Entendemos la decepción de los aficionados», dijo más tarde el entrenador del Inter, Gerardo Martino, «pedimos disculpas. Nos hubiera gustado enviar a Lio y Luis al campo al menos brevemente, pero el riesgo era demasiado alto». Los cánticos de la afición de «Queremos a Messi» no tuvieron respuesta. En una gira de cinco partidos antes del inicio de la temporada de la MLS, Messi jugó unos minutos por última vez en Arabia Saudita: su rival de toda la vida, Cristiano Ronaldo, se perdió el duelo con Al-Nassr debido a una lesión.
En Hong Kong, decenas de miles de personas ya habían acudido el sábado al entrenamiento del Inter y el hotel del equipo estaba casi sitiado. En diciembre, las entradas se vendieron por completo en una hora.