Las fugas de Bobo, los cigarrillos de Recoba, las visiones de Moratti: la gran novela de Pinetina


Historias y anécdotas del polideportivo que acoge a los nerazzurri desde 1964. Un lugar donde nunca se duerme

La Pinetina nació en los albores de los años 60 porque un día el Mago – Helenio Herrera – defendió a Angelo Moratti – presidente del Grande Inter, padre de Massimo – la necesidad de un centro deportivo propio. Moratti llevaba tiempo pensándolo, la inversión estaba prevista. Eran los años del boom económico, Italia corría hacia el futuro. Pero fueron la urgencia y la pasión del Mago las que dieron al proyecto la aceleración decisiva. En resumen: el Milán ya tenía su casa, Milanello, en Carnago, el Inter también debería haberla tenido. La Pinetina -900.000 metros cuadrados de superficie de los cuales 200.000 están destinados a instalaciones deportivas- se llama así por el gran bosque de pino silvestre, aunque en la actualidad deportiva desde hace unos años -teniendo en cuenta el lugar donde se ubica: Appiano Gentile-. También se le llamó “Appianello”. Pinetina era también el nombre favorito de Angelo Moratti, mientras que la afición presionaba por “Interello”.



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