La Unión Europea debe ver sus relaciones económicas con China más a través de una lente estratégica y evitar la dependencia excesiva. El primer ministro Alexander De Croo argumentó esto después de un debate entre los líderes europeos sobre China. Por otro lado, la visión estadounidense del país “no necesariamente debe ser la nuestra”.
“Como europeos, tenemos que dejar atrás nuestra ingenuidad”, dijo De Croo. “Eso no significa que no debamos tener ninguna relación económica con China. Debemos absolutamente mantenerla, pero debemos mirarla de manera más estratégica y evitar entrar en una situación en la que haya demasiada dependencia o demasiado control de China”. en sectores que son cruciales”.
De Croo se refirió, entre otras cosas, a la infraestructura energética y al intento bloqueado de una empresa estatal china de comprar el operador de red Eandis en 2016. Las telecomunicaciones, los semiconductores y el transporte marítimo también son sectores en los que, en su opinión, se requiere vigilancia. “Muchos dominios que solían ser estrictamente económicos se están volviendo cada vez más geoestratégicos”, dijo el primer ministro, quien señaló, por otro lado, que la visión de Estados Unidos sobre China “no debería ser necesariamente la nuestra”.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, también subrayó que la Unión Europea debe desarrollar “su propio modelo” frente a China. Según él, el debate mostró “que hay una fuerte voluntad de no ser ingenuo, pero también de no involucrarse en una lógica de confrontación sistemática”. Por ejemplo, los europeos exigen más reciprocidad en las relaciones comerciales con China, pero por otro lado también quieren seguir cooperando con Pekín en la lucha contra el cambio climático.
Alemania
Alemania ha sido tradicionalmente uno de los estados miembros que se inclina menos hacia la visión estadounidense más radical de China. El canciller Olaf Scholz viajará a China a principios de noviembre, la primera visita de un líder europeo al país desde noviembre de 2019. China es el principal socio comercial de Alemania, pero desde hace un año, el gobierno de Scholz también mira con más dureza al régimen de Pekín. ., incluido el respeto de los derechos humanos.
Scholz está bajo fuego en su propio país porque, a pesar de los consejos negativos de varios ministros, se cree que está a favor de la participación china en el puerto de Hamburgo. “Todavía no se ha decidido nada. Hay muchas cuestiones que todavía hay que aclarar”, se defendió hoy. El Canciller también ha subrayado que no se trata de la venta del puerto de la ciudad donde fue alcalde, sino de la participación en una terminal “como ya existe en otros puertos de Europa Occidental”.
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