quando era niño, Noah Baumbach veía películas de su tiempo, Brian De Palma por ejemplo. Su época fueron los años 80 y el director de Vestida para matar Entonces el dijo. “Alfred Hitchcock ha creado un nuevo lenguaje cinematográfico y ahora ese lenguaje está a nuestra disposición».
En la rueda de prensa de Ruido blancola película inaugural del Festival de Cine de Venecia que se proyectará esta noche, precedida de la entrega del León de Oro a la Trayectoria a Catherine Deneuve, el director famoso por sus “mumblecores” (película en la que se habló mucho, un poco para suplir la escasez de presupuesto, un poco porque el naturalismo les había dado a los adeptos a la cabeza), Noah Baumbach dice que hizo lo mismo: “En los años 80 me alimentaba de películas de género cinematográfico, películas sobre familias de vacaciones, películas sobre desastres naturales. Todo esto terminó en Ruido blanco“.
La mediación es por Don DeLillo y la novela de 1985 en la que se suman la sátira del mundo académico, la sátira de la vida familiar, la paranoia y el apocalipsis (en Italia ruido blanco es publicado por Einaudi).
Ruido blanco según Baumbach
“Don DeLillo habló de una universidad que no existe en un pueblo que no existe”, explicó Baumbach. “Pero sabía que lo encontraría en alguna parte”. Lo encontró en Ohio, donde “a diferencia de Nueva York, nadie había visto nunca un plató de cine y fue fácil y fantástico involucrar a toda la comunidad en la filmación”.
Ruido blanco que, según la tradición, Comienza en Venecia la gira de los festivales que prometen llevar la película a los Oscar, tiene como protagonista Adam Driver en el papel de un profesor de estudios hitlerianos que no habla alemán y Greta Gerwig, compañera del director, en el papel de su mujer. Ambos en su cuarto matrimonio y con un sinfín de hijos (dos de los cuales son hijos de Alessandro Nivola, también en el reparto), ambos son aterrorizado de la muerte y la soledad. Se sienten seguros dentro de las paredes abarrotadas de su hogar, pero cuando se ven obligados a irse porque un accidente catastrófico hace que un gas tóxico escape de un vagón de tren y toda la comunidad es evacuada, el frágil equilibrio basado en rituales y mentiras se rompe. .
El lenguaje y los colores de White Noise
“El lenguaje de Don DeLillo me resulta familiar”, dijo Noah Baumbach. “La relectura del libro coincidió con la pandemia. Me pareció una historia relevante comparada con lo que sucedía a nuestro alrededor, pero habría sido relevante de todos modos. En ese idioma encontré mi voz».
«Un lenguaje apasionante e intelectual a la vez», se hace eco de Gerwig, que relee la novela con su pareja. “Cuando empezamos a ensayar para la película, las ideas se materializaron en los personajes”.
Personajes que necesitaron grandes intervenciones: una peluca muy algodonosa para Gerwig, camisetas imposibles para Adam Driver y una barriga postiza (“Que luego, una vez que subí de peso, ya no lo necesitaba”, admite el actor). “¿Qué efecto tuvo en ti verte tan fuera de forma, te imaginaste cómo será en 15 años?” preguntó el colega australiano al actor que, legendariamente, no se ve a sí mismo en sus películas, al contrario, se escapa literalmente de las funciones oficiales. “Estoy muy contento de cómo van las cosas”, respondió.
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