Según la OTAN, ha comenzado la esperada ofensiva rusa de primavera contra Ucrania. Mientras tanto, las municiones de Ucrania se están agotando lentamente. Por lo tanto, el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, pide a los aliados de Ucrania que fabriquen rápidamente más municiones. “El país necesita más de lo que ahora se puede suministrar”, advierte.
Kiev y Occidente han temido durante mucho tiempo que Rusia esté preparando una nueva ofensiva a gran escala. El gobierno ucraniano sospecha que el país vecino comenzará con un ‘ataque jubilar’. El 24 de febrero, hace exactamente un año que comenzó la invasión rusa. Según los servicios de inteligencia ucranianos, Rusia ha movilizado a medio millón de soldados.
Alrededor de Bakhmut y en la provincia de Lugansk, entre otros, el ataque parece haber comenzado ya. Cerca de Bakhmut, se dice que el Grupo Wagner capturó otra aldea de los ucranianos, afirma el ejército mercenario del presidente ruso Vladimir Putin. “La realidad es que ya vemos el inicio de la ofensiva”, dice Stoltenberg.
“El consumo de municiones de Ucrania es muchas veces mayor que nuestra tasa de producción”, dijo el secretario general de la OTAN. Por ejemplo, el tiempo de entrega de municiones más pesadas se habría más que duplicado. Cualquiera que pida granadas pesadas ahora tendría que esperar 2,5 años. Los países occidentales también se están quedando sin sus arsenales.
Estos días se están produciendo nuevas consultas entre los ministros de Defensa de los países de la OTAN y otros aliados de Ucrania. El nuevo apoyo militar será fundamental para esto. También se habla del envío de aviones de combate. Según Stoltenberg, esto se puede hacer sin que la OTAN se involucre en la guerra.
Rusia también tiene problemas de municiones
Stoltenberg no cree que Ucrania deba desesperarse. “No nos quedamos quietos y no miramos”. Por ejemplo, la OTAN ha pedido a los fabricantes que aumenten las tasas de producción. “Puedes trabajar varios turnos y trabajar los fines de semana”, explica el jefe de la OTAN.
Además, Rusia también tiene importantes problemas de suministro. “Esto demuestra que se trata de una guerra de desgaste”, dice Stoltenberg. Según él, las sociedades occidentales han demostrado que pueden adaptarse con flexibilidad.