Transformar la forma en que los consumidores interactúan con las marcas. Hacer que la experiencia de compra sea interactiva para fidelizar al cliente y conquistar target transgeneracional. Fortalecer todos los niveles de la marca, desde marketing hasta recursos humanos. Y apoyar la sostenibilidad con servicios destinados a reducir los retornos. Estos son sólo algunos de los objetivos que el sector de la moda pretende alcanzar con la integración de la inteligencia artificial en la lógica empresarial. Un aspecto que, como trascendió en la 11ª edición de Netcomm Focus moda y estilo de vida del pasado 16 de septiembre, ha dejado de ser un eslogan para materializarse paulatinamente en inversiones y experimentos.
«Por definición, la moda es un sector que se adentra en las esferas más íntimas de la persona. Y precisamente en este sentido, inteligencia artificial sólo puede estimular esta intimidad que el producto crea con el usuario”, explica Roberto Liscia, presidente de Netcomm Italia. «Si desde el punto de vista del marketing los efectos del uso de la IA son evidentes desde hace algún tiempo, en los últimos años se traducen cada vez más en la posibilidad de desarrollar la innovación interviniendo en la emoción, la creatividad y aquellos elementos vinculados a la personalización de la relación con público, por tanto producción de contenidos e imágenes, chatbots, redacción de textos y atención al cliente”.
Una revolución que, según Liscia, no sólo afecta al aspecto publicitario sino a todo el cadena de valor. «El consumidor ya no busca lo que necesita en la web sino que consulta directamente a la IA. Pasar, por tanto, de la búsqueda del artículo a la satisfacción de la necesidad gracias a una tecnología capaz de interpretarlo y convertirlo en producto. Y este es quizás el mayor cambio”.
De cara al futuro, los próximos pasos parecen claros. Además de impactar la diseño de producto – ayudando al estilista a crear prendas que se ajusten a las exigencias del mercado – y en la gestión del talento, interviniendo en los procedimientos de búsqueda de perfiles para contratar, la IA entrará masivamente en cadena de distribución mejorar la rentabilidad de las empresas optimizando la producción. Pero no sólo eso: como reitera Liscia, también facilitará la gestión de gestión de la demandapor un lado ayudando al vendedor «a comprender dónde hay escasez y facilitando la planificación del surtido», por otro lado ayudando al empresario en el análisis de las ventas futuras «para interpretar la evolución de la demanda de los clientes y reponer los materiales y el productos correctos.”
A pesar de los avances, aún quedan cuestiones por resolver. En primer lugar, el de la privacidad. “No hay ninguna ley que se aplique, todo depende de la ética de las empresas”, comenta el presidente. “Será necesario avanzar gradualmente hacia la autorregulación”. Luego el de la protección de la experiencia humana. Lo cual, según Liscia, debe salvaguardarse “potenciando la creatividad y las habilidades que la inteligencia artificial nunca podrá emular”.