“Vapear es mucho mejor que fumar cigarrillos e incluso puede ser un paso para dejar de fumar”, afirma la industria tabacalera. Pero las investigaciones lo contradicen: el vaporizador podría ser un trampolín hacia los cigarrillos y provocar más adicción entre los jóvenes. “Vapear puede dañar el cerebro y provocar problemas mentales duraderos”. Los médicos hacen sonar la alarma: “La industria tabacalera sin escrúpulos lo hace deliberadamente”.
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