Durante varios meses, los fabricantes de automóviles chinos han dominado indiscutiblemente su mercado interno. Sin embargo, la influencia nacional no necesariamente rima con el éxito en el extranjero: expansión internacional…
Durante varios meses, los fabricantes de automóviles chinos han dominado indiscutiblemente su mercado interno. Sin embargo, la influencia nacional no necesariamente rima con el éxito en el extranjero: la expansión internacional de estos jugadores sigue siendo extremadamente compleja, especialmente en Europa. Las marcas del Reino Medio siguen siendo en gran parte desconocidas para los consumidores europeos y tienen que lidiar con ciertos estereotipos.
Una flagrante falta de reputación para los fabricantes chinos
” Creo que ha llegado el momento de que las empresas chinas destruyan viejas leyendas y creen nuevas marcas de clase mundial. dijo Wang Chuanfu, CEO de BYD, el segundo fabricante de automóviles eléctricos más grande del mundo. Un discurso en un evento el 16 de agosto para celebrar la producción de cinco millones de autos limpios. A pesar de este desempeño, antes de convertirse en un fabricante global, la industria automotriz china aún tiene un largo camino por recorrer.
En 2023, según la firma de investigación Inovev, solo el 8% de los vehículos eléctricos vendidos en Europa provendrán de marcas chinas. Esta cifra es dos puntos superior a la del año pasado y cuatro puntos a la de 2020. Esta lenta evolución se debe, en particular, a los gustos complejos de los consumidores europeos. A fabricantes japoneses como Toyota o surcoreanos como Kia les tomó muchos años conquistar este mercado.
La reputación de las marcas chinas sigue siendo débil. El año pasado, el instituto de investigación con sede en Londres YouGov realizó una encuesta en 2022 para averiguar qué tan populares son las marcas extranjeras en Alemania. De 1.629 consumidores alemanes, solo el 14 % conocía BYD. Este número sube al 17% para la marca de lujo Nio, y cae al 10% para Geely, propietaria de Volvo y Lotus, y al 8% para Xpeng.
De todos los encuestados que conocían al menos una marca china, el 1% planeaba comprar una. Los compradores son particularmente reacios a la durabilidad y confiabilidad de los productos chinos. Sin embargo, los fabricantes están haciendo grandes inversiones para satisfacer las demandas del mercado. Reuters informa que varios de ellos han obtenido las máximas calificaciones de seguridad en Europa.
Otro punto débil de las empresas chinas es que no pueden aplicar precios tan bajos como en su propio mercado. Desde finales de 2022, se han embarcado en una guerra arancelaria nacional. BYD ha recortado los precios de sus vehículos en una media de 20.000 yuanes o 2.700 euros. En Europa, la logística, los impuestos, los derechos de importación y el cumplimiento de las leyes locales hacen subir los precios.
La falta de confianza, los precios muy cercanos a los de los competidores tradicionales y la falta de reputación están frenando la expansión de las marcas del Reino Medio en Europa. Bruno Le Maire, ministro de Economía de Francia, dijo el mes pasado que no temía la amenaza de los fabricantes de automóviles chinos a los europeos. Por el momento, los hechos parecen darle la razón.