El plan compartido: un gran central, un delantero y jóvenes de la Sub-23. Con rebajas y recortes en el importe de los salarios. Pero Allegri quiere que la gente esté lista de inmediato.
¿Confiar en jugadores de nombre, clase, edad y experiencia para crear los más rápidos de los “equipos instantáneos”, o tener una mirada más proyectada hacia el futuro y la reconstrucción de un ciclo a través de perfiles más jóvenes y compromisos más sostenibles? La elección de la Juventus parecía encaminarse de manera decisiva hacia la segunda hipótesis. El director general Arrivabene, por claro mandato de los propietarios y del presidente Andrea Agnelli, ha hablado muchas veces desde su llegada de la necesidad de volver a la cima sin perder de vista el presupuesto, como ha sucedido en el pasado reciente. Un proyecto inicialmente compartido por todos: directivos y técnicos. Después de haber anticipado el gran golpe del mercado (Vlahovic) en enero, el plan de la Juventus preveía un mercado cuidadoso, inteligente y prudente. Traducido: la compra de un gran jugador en el centro del campo, porque es en la mediana donde el equipo parecía necesitar más refuerzos, y una llegada en ataque para completar el departamento donde están previstas al menos dos salidas, sabiendo además que Chiesa volverá en el fin de año y Kaio Jorge en enero. Para completar el cuadro, un par de otras ventas de jugadores con salarios altos para ser reemplazados por jóvenes prospectos, aprovechando también el grupo Sub 23 de la Juventus. En esa clave se decidió ceder a jugadores que se cree que han agotado su ciclo y con compromisos demasiado caros, desde Dybala a Morata. La tarea de Max Allegri entonces, con su experiencia, es encontrar la fusión, mejorar los talentos y llevar a la Juventus de vuelta a la cima. Un plan, sin embargo, que, tras la tónica de esta temporada y las numerosas críticas que le llovieron, debe haber convencido cada vez menos al técnico ya que el directivo Cherubini, imaginamos siguiendo sus indicaciones, presentó tres perfiles ya bloqueados en el club. mesa: Pogba, sobre el que confluyeron opiniones, tanto técnicas como personales (29 años, no muy joven pero con muchos años de carrera por delante), tanto comerciales como de imagen. La sorpresa viene en cambio de los otros dos perfiles, inicialmente inesperados: Perisic (33 años) y Di María (34). Más de treinta y con salarios muy altos frente a la necesidad de dar una buena tijera a las cuentas. La última palabra obviamente pertenece a Andrea Agnelli, quien tendrá que decidir si mantener el proyecto inicial y apuntar directamente a un gran nombre (Pogba) o hacer un reverso parcial o total agregando uno o incluso ambos artículos usados seguros al carrito de compras. Posibilidad
lo cual sería muy bienvenido para Allegri, quien está acostumbrado a manejar jugadores ya consumados y confiables.
Dentro del equipo hay quien, como Bonucci, destacó la falta de experiencia de algunos compañeros en varios momentos de la temporada, aunque la edad media de la Juventus es todo menos baja. Y el ejemplo del Milan, cuyo sueldo es menos de la mitad que el de la Juventus, demuestra que se puede luchar por ganar incluso con jóvenes sin trofeos en el currículum.
No sería un escándalo que los planes de la Juventus cambiaran durante la carrera en función de las oportunidades del mercado. En toda sociedad hay corrientes y muchas veces también puede resultar ganadora la síntesis entre diferentes posiciones. Pero está claro que las peticiones del entrenador, apoyado por el director, no se ajustan exactamente al plan técnico-económico inicial. Y ver marcharse a Dybala, ayer desesperado en la última en la Juventus, con 28 años, por cuestiones de contratación y luego confiar en jugadores de 33-34 años tendría cierto efecto… Balón a Agnelli, por tanto, a él las decisiones finales , tras el enfrentamiento con sus directivos.
17 de mayo – 07:30
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