Antes del inicio de los Juegos Olímpicos había disturbios en Francia. Actualmente hay pocos indicios de ello: el gran evento no es sólo un beneficio para el gobierno.
Melanie Muschong informa desde París
Las cosas parecían caóticas en Francia, justo antes del inicio de los Juegos Olímpicos en París. Se debatió acaloradamente si se podría garantizar la seguridad de los deportistas, los periodistas y la población, dada la constante amenaza del terrorismo. Luego vinieron las nuevas elecciones que el presidente Emmanuel Macron había anunciado tras su desastroso resultado en las elecciones europeas. Y un ataque con arma blanca en el que resultó herido un soldado.
¿Y ahora, dos semanas y varias competiciones deportivas después? Ahora el país está completamente inmerso en el frenesí olímpico. Aquí en París, los temas anteriormente dominantes al menos se han sentido completamente relegados a un segundo plano. Y con eso, Francia ha logrado un gran golpe.
Las banderas con el logo de París 2024 ondean ahora por todas partes de la capital. Muchos lugareños también visten ropa olímpica. Ya sea una camiseta, unos calcetines o una gorra de béisbol, los partidos han llegado a París. Es más, despertaron entusiasmo. Se trata de un enorme éxito, especialmente para Macron y la política en estos tiempos turbulentos.
Además, el mayor evento deportivo del mundo estimula la economía. Según un informe de Visa, las empresas más pequeñas de París habrían realizado un 26 por ciento más de ventas a los titulares de tarjetas Visa en el primer fin de semana olímpico que el año pasado. Por supuesto, el evento cuesta una cantidad increíble de dinero, pero para Francia, la ganancia de imagen de las numerosas celebridades que están allí en París supera los costos.
Brillan, ríen, lucen frente a la Torre Eiffel o en concursos. No hablamos de celebridades B o C, sino de auténticas estrellas como Tom Cruise, Snoop Dogg, Lady Gaga o los Royals. Con su sola presencia todos anuncian París, anuncian Francia al mundo.
Francia muestra su mejor cara en París y sabe impresionar. Ha transformado las mayores atracciones de la capital en recintos deportivos. Voleibol de playa en la Torre Eiffel, paseos a caballo en Versalles, skate y baloncesto 3×3 en la Place de la Concorde: cuando los espectadores hablan de su visita a los juegos, los nombres de las sedes se incluyen automáticamente, gracias a la inteligente planificación del país.
Y una cosa es segura: tras la espectacular ceremonia de apertura, el domingo seguirá la ceremonia de clausura en el Estadio de Francia. Sin duda, no atraerá menos atención. Porque se dice que nada menos que el actor Tom Cruise está haciendo un truco para la entrega de los Juegos de 2028 en Los Ángeles. Para entonces quedará claro que a Francia no sólo le va bien en el medallero, donde ya tiene más medallas que en Tokio.