En noviembre se representará por sexta vez consecutiva la obra El sueño de una noche de verano en el Teatro Shakespeare de Diever. Pero antes de que eso suceda, todavía quedan audiciones. Este fin de semana los actores podrán mostrar lo que tienen para ofrecer.
“Ven”, me llama Inge Wijers. Ella es asistente de dirección de la pieza y observa durante las audiciones. Dos jóvenes la acompañan por unas escaleras hasta la sala donde tendrá lugar la acción. Ambos tienen una sonrisa en sus rostros, pero también hay un atisbo de concentración.
Ambos podrán realizar juntos un monólogo de la obra. Después de unos minutos cambian de roles. Antes de que se den cuenta, la audición termina. “Estaba bastante nerviosa”, dice Romy-Marie de Vries. “Pero una vez que estoy allí, en realidad no es tan malo”.
Su vecina Maartje ten Hove también tiene un buen presentimiento. “Pero sólo sabré si el jurado así lo piensa cuando tengamos los resultados”, se ríe. “Definitivamente estaré atento a mi correo electrónico jaja”, añade De Vries.
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