El primer ministro británico, Boris Johnson, se dirigió a los miembros de su partido por última vez antes del voto de confianza del lunes por la noche. Según un miembro del partido, en la reunión a puerta cerrada, Johnson quería convencer a los parlamentarios conservadores de que no lo expulsaran. El voto de confianza se solicitó después del ‘partygate’, el escándalo que rodea a las fiestas de los empleados del gobierno durante los cierres.
Johnson advirtió a los miembros de su partido que no “se vuelvan contra sí mismos” y que su renuncia debilitaría al partido. Podría restaurar la confianza popular y señaló su victoria electoral de 2019 para el Partido Conservador, la más grande en 40 años. Si se permite que Johnson se quede, ha anunciado recortes de impuestos y presentará un plan de crecimiento económico la próxima semana. Johnson cerró el discurso con la promesa de que “lo mejor está por venir”.
Muchos conservadores destacados expresaron su apoyo al primer ministro el lunes, pero también hay importantes conservadores que han anunciado su intención de votar en contra de Johnson. El exministro Jeremy Hunt se pronunció por un “cambio en el partido” y Douglas Ross, el líder de los conservadores escoceses, dice que ya no tiene fe en Johnson.
El voto de confianza se realizará entre las 19 y las 21 horas. Los resultados se esperan poco después. De los 359 diputados conservadores, 180 deben votar en contra del Primer Ministro para destituirlo efectivamente como líder del partido y primer ministro. En ese caso, el partido debe encontrar un nuevo líder que se convierta automáticamente en primer ministro.