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Las historias que importan sobre el dinero y la política en la carrera por la Casa Blanca
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, abandonó su intento de reelección tras la abrumadora presión de sus compañeros demócratas, diciendo que “lo mejor para mi partido y el país es que renuncie”.
El presidente anunció su decisión en una carta publicada en las redes sociales el domingo, poniendo en crisis la carrera por la Casa Blanca de este año a menos de cuatro meses de que los votantes de la mayor economía del mundo elijan a su nuevo líder el 5 de noviembre.
“Ha sido el mayor honor de mi vida servir como su presidente”, dijo Biden. “Y si bien mi intención ha sido buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y el país es que me retire y me concentre únicamente en cumplir con mis deberes como presidente durante el resto de mi mandato”.
El presidente agregó que hablará con el país “más adelante esta semana con más detalles sobre mi decisión”. Biden no ha sido visto en público desde el miércoles, cuando le diagnosticaron Covid-19.
La decisión sin precedentes del presidente repercutirá en todo el mundo, inyectando nueva incertidumbre en la política estadounidense y en la autoridad de la Casa Blanca en el escenario mundial en un momento de aguda tensión geopolítica, desde el Indopacífico hasta Gaza e Israel.
El anuncio de Biden se produce después de más de tres semanas de un tenso debate entre los demócratas sobre su candidatura, después de que su desastroso desempeño en el debate contra Donald Trump reavivara las preocupaciones sobre su agudeza mental y dañara su posición entre los votantes estadounidenses. Una encuesta de Associated Press realizada la semana pasada encontró que casi dos tercios de los votantes demócratas dijeron que Biden debería abandonar la carrera.
La decisión del 46.º presidente estadounidense de no presentarse a un segundo mandato también marca el principio del fin de una de las carreras políticas más históricas de Washington. Biden ingresó al Senado en 1973, se convirtió en vicepresidente de Barack Obama en 2009 y llegó al Despacho Oval en 2020 en una era marcada por una pandemia mundial, la recuperación económica, la inflación y la guerra.
Pero la decisión del presidente también significa que su partido Demócrata ahora no tiene candidato para enfrentar a Trump, el candidato republicano populista que había abierto una ventaja en las encuestas sobre Biden en los estados clave y a nivel nacional.
Biden no respaldó de inmediato a un sucesor, pero agradeció específicamente a su vicepresidenta Kamala Harris “por ser una socia extraordinaria en todo este trabajo”.