“Al rechazar sistemáticamente una solución de dos Estados, Israel ha creado al propio Hamás. Sí, Israel ha financiado a Hamás en un intento de debilitar a la Autoridad Palestina”. El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, no tuvo dudas al respecto el viernes durante un discurso en la Universidad de Valladolid, con motivo del doctorado honoris causa que recibió allí.
El momento es sorprendente, porque esta semana los ministros de Asuntos Exteriores de la UE se reunirán con sus colegas de Israel, la Autoridad Palestina y los países árabes circundantes. En esas reuniones, Borrell explicará su plan de diez puntos para una solución al conflicto. “Creo que es una afirmación muy destacable”, afirma la experta en Oriente Medio Brigitte Herremans (UGent). “Borrell lanza una bomba en vísperas de conversaciones importantes y corre el riesgo de poner en peligro las consultas con Israel”.
Hay algo de verdad en su perorata. Cuando Hamás se formó como una escisión de los Hermanos Musulmanes durante la primera Intifada (1987), Israel hizo la vista gorda. Israel veía a Hamás como un movimiento que podía moderar el poder de la secular Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Yasser Arafat, que representaba políticamente a los palestinos.
“Cuando Hamás inauguró una nueva mezquita en la ciudad de Gaza, incluso hubo representantes de Israel en la inauguración”, dice el experto en Oriente Medio Paul Aarts (Universidad de Amsterdam). “La idea de Israel era: cuanto más se desarrollen los partidos palestinos, más fácil para nosotros controlar su poder. Eso sólo podría ayudar a crear división entre Cisjordania y la Franja de Gaza”.
Rápidamente resultó ser un error de cálculo. Después de los Acuerdos de Oslo entre Israel y la OLP, Hamás inició atentados suicidas con bombas, iniciando el ciclo de violencia que continúa hasta el día de hoy.
A pesar de los ataques mutuos entre Israel y Hamás, Israel ha permitido que Qatar financie el movimiento durante años. Cuando Hamás tomó el poder en Gaza en 2007, Israel impuso un bloqueo que aisló a Gaza del mundo exterior. Permitió un plan mediante el cual Qatar financió a Hamás para la administración de la Franja de Gaza.
En 2017, Israel firmó un nuevo acuerdo con Qatar después de que la Autoridad Palestina recortara drásticamente los salarios de los funcionarios públicos en Gaza. El acuerdo recibió muchas críticas por parte de miembros de la oposición israelí y miembros del gobierno. Por ejemplo, Avigdor Liberman, quien renunció como ministro de Defensa en 2018 debido a su insatisfacción con la política de Gaza, dijo que los pagos fueron una “decisión dramática mediante la cual Israel financió el terrorismo contra sí mismo”. Netanyahu respondió a esa crítica diciendo que “siempre hay un precio que pagar por las medidas de liderazgo”.
Ahora se ha sabido que el dinero no sólo se utilizó para pagar los sueldos de los funcionarios, sino también para preparar la operación militar del 7 de octubre.
Sin embargo, hasta la fecha no hay pruebas de que Israel haya financiado directamente a Hamás. Por lo tanto, según Herremans, resulta extraño que Borrell provoque actualmente a Israel con una declaración que “no está fundamentada en hechos”. “Si bien la forma en que Israel permitió el apoyo de Qatar durante más de una década y también lo utilizó para reforzar una división entre Gaza y Cisjordania sería una discusión mucho más fundamental”.