El número de extranjeros presentes en Italia se reduce ligeramente y su contribución a la natalidad del país disminuye, incluso si crece la proporción de residentes en la población total y aumenta el número de estudiantes con respaldo migratorio. La fotografía fue tomada por el XXIX Informe Migraciones 2023, elaborado por la Fundación Ismu Ets y presentado hoy en la Cámara de Comercio de Milán Monza Brianza Lodi.
En Italia hay 5,77 millones de extranjeros, los residentes aumentan hasta el 8,7%
A 1 de enero de 2023, los extranjeros presentes en Italia ascendían a 5.775 millones, 55.000 menos que en la misma fecha de 2022. Sin embargo, la proporción de residentes sobre la población total está creciendo significativamente, pasando del 8,5% al 8,7% ( +110 mil personas), mientras que el componente irregular disminuye ligeramente (458 mil personas, frente a 506 mil en 2022), lo que representa el 7,9% de la presencia extranjera total. Contratan mucho, de 293 mil a 176 mil, i “no residentes regulares”, es decir, aquellos que están en posesión de un permiso de residencia válido, pero que aún no están incluidos en el grupo de los inscritos en el registro. Durante 2022, los extranjeros que hayan adquirido el ciudadanía son aproximadamente 214 mil, frente a 121.457 el año anterior. Los ciudadanos extracomunitarios que se convertirán en italianos en 2022 son principalmente marroquíes, albaneses y ucranianos.
Aterrizajes similares a los tiempos de la crisis de refugiados
Los desembarcos registrados en las costas italianas en 2023 alcanzaron volúmenes similares a los del período 2014-2017, los años de la “crisis de los refugiados”. En concreto, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2023 se produjeron 157.000 desembarcos, con un crecimiento del 67,1% respecto al mismo periodo de 2022 y del 133,6% respecto a 2021. Las muertes en el intento de cruzar el Mediterráneo Central aumentaron de 1.417 a .498, equivalente a 9 y 13 respectivamente por cada 1.000 intentos de cruce. El número total de víctimas desde 2014 supera las 22.000, de las cuales 485 son niños. Como es sabido, yo flujos de tunez aumentaron un 200% en los diez primeros meses de 2023 (solo hacia finales de año Libia volvió a ser el primer país de salida de pateras) y aumentaron los inmigrantes procedentes de Guinea (11,6% del total). Las llegadas a las fronteras terrestres también están creciendo: en 2022, en la frontera con Eslovenia hubo 13.500 (+44% respecto a 2021), principalmente procedentes de Pakistán, Afganistán, Bangladesh, India y Nepal. En 2023, hubo más de 11.000 entradas entre enero y noviembre, nuevamente principalmente de Pakistán, Afganistán y Bangladesh.
La tasa de natalidad está disminuyendo: converge hacia la de los italianos
El papel de la inmigración en la mitigación de las cifras de nuestros “ invierno demográfico “Sigue siendo importante: los 393 mil nacimientos registrados en Italia en 2022 son un 27% menos que la cifra de 2002, pero son producto de un aumento del 56% de los nacimientos extranjeros y de una disminución del 33% de los italianos. Sin embargo, aunque entre 2002 y 2022 los nacimientos en el extranjero aumentaron de 34.000 a 53.000 (mientras que los italianos disminuyeron de 505.000 a 340.000), hay que señalar que su contribución a la lucha contra la baja natalidad en nuestro país tiende cada vez a disminuir. Los 53 mil nacimientos en 2022 son 27 mil menos frente al máximo observado en 2012 (con 80 mil nacimientos), lo que en términos porcentuales significa una contracción de aproximadamente 66 por ciento. En general, las tasas de natalidad de la población extranjera están convergiendo progresivamente hacia las de la italiana: de 23,5 nacimientos por mil habitantes en 2004 (con más de 14 puntos de ventaja sobre los nativos) han caído en 2022 a un más modesto 10,4 por mil (con sólo unos 4 puntos más).
El trabajo crece, pero es pobre
En términos de empleo, el año pasado marcó el récord histórico de contratación de personal inmigrante (1.057.620 personas) planificada por empresas italianas (fuente Unioncamere – Anpal). Pero “quedan numerosas cuestiones críticas que muestran la necesidad de una nueva gobernanza de los procesos de migración y de inclusión”, informa la Fundación Ismu Ets. El primero es la prevalencia del trabajo deficiente: en 2022, salario promedio anual para los trabajadores fijos extracomunitarios fue de 19.521 euros, el del total de trabajadores fue de 27.523 euros. En el caso de los empleados con duración determinada, fue de 9.508 para los ciudadanos extracomunitarios, un 8,3% menos que el total. Finalmente, la remuneración de trabajadores domésticos extracomunitario, aunque ligeramente superior al de la generalidad de trabajadores (probablemente por el mayor número de horas trabajadas), asciende a sólo 7.945 euros. Niveles salariales que aumentan el peligro, para muchos trabajadores extranjeros y sus familias, de caer en una situación de pobreza absoluta o relativo.