En la sede del fondo gestionado por Cardinale no hay por ahora ningún comentario oficial, pero se subrayan en particular algunos aspectos del sistema acusatorio.
El término que se cuela con mayor frecuencia es el de asombro. Asombro ante una investigación que sacudió el mundo rossoneri hasta sus cimientos. Y los cimientos de Milán son los de RedBird, o el accionista mayoritario. Ahora habrá que entender si el fondo gobernado por Gerry Cardinale hará alguna declaración oficial: posible, probable después de que ayer, primero Milan y luego el fondo Elliott ya se hayan expresado oficialmente. Desde vía Aldo Rossi subrayaron que “la empresa es tercera y ajena al proceso en curso relativo a la adquisición de la misma, finalizado en agosto de 2022”, y que “está brindando plena colaboración a la autoridad investigadora”. Desde Elliott remarcaron que “esta acusación es falsa. El Milan fue vendido a RedBird el 31 de agosto de 2022. A partir de esa fecha, Elliott ya no tiene ninguna participación ni control sobre el AC Milan”. Además, como informan las agencias de noticias, “fuentes familiarizadas con la situación señalan que, como es práctica común en las transacciones de capital privado, Elliott proporcionó a RedBird una préstamo de proveedor cuyos términos permiten a Elliott nombrar hasta dos directores para la junta directiva del AC Milan. Hasta la fecha, Elliott ha nombrado sólo un director. Aparte del préstamo del proveedor, Elliott no ha proporcionado ningún capital a RedBird y los fondos de Elliott no están invertidos en los fondos de RedBird”.
Esta es la firme posición de Elliott, que evidentemente encuentra apoyo en las reflexiones de RedBird. En la sede del fondo americano, después de haber examinado la situación, reflexionan sobre el aparato acusatorio presentado por la Fiscalía de Milán y lo que realmente resulta es el asombro por su contenido. Por ejemplo, en la parte en la que se hace referencia a la “Presentación para inversores del Ac Milan”, es decir, un supuesto documento de presentación del club rossoneri puesto a disposición de posibles inversores árabes, en el que se afirma en blanco y negro que RedBird posee el 99,9 % de Milán. O sobre la asociación de Elliott con el Lille, un club francés en el que – se recuerda – Elliott nunca tuvo acciones, sino a cuyo antiguo propietario simplemente le había concedido un préstamo. Mientras que en lo que respecta a la continuidad en la gestión del club entre Elliott y RedBird, que resulta sospechosa a los ojos de muchos, se destaca la oportunidad – o más bien la previsión – de dar continuidad a un modelo que había funcionado muy bien. Y es por ello – explican – que RedBird habría optado por un préstamo de proveedor de la propia Elliott, en lugar de recurrir a un banco de inversión. Finalmente – se refleja en las altas esferas de RedBird – Elliott no tenía ni tiene acciones en Milán (al principio parecía que podía ser así, pero luego la hipótesis se desvaneció) y, con un préstamo a alrededor del 7% de interés , ya tendría su gano de todos modos. Por el momento, sin embargo, permanecemos en el campo de las reflexiones y deducciones, esperando que la investigación siga su curso y que el asombro de RedBird se transforme en una verdadera defensa.