El Ministerio Público va a llevar a cabo una investigación criminal a los fundadores de la Fundación Alianza Auxiliar. Se trata de Sywert van Lienden y sus dos socios comerciales, quienes establecieron la organización al comienzo de la crisis de la corona para importar tapabocas de China. Dijeron que hicieran eso desinteresadamente, pero a partir de una investigación realizada por de Volkskrant y Follow The Money mostraron el año pasado que los tres ganaron casi 30 millones de euros a través de una empresa separada de un acuerdo con el Ministerio de Salud.
El motivo de la investigación es una denuncia que la agencia de empleo Randstad presentó contra la organización en diciembre. Van Lienden y sus socios comerciales Bernd Damme y Camille van Gestel “comunicaron repetidamente en los medios de comunicación que estaban actuando sin ánimo de lucro”, escribe el Ministerio Público. Por eso Randstad decidió prestar personal gratuito a la fundación. Resultó que los quince trabajadores temporales también habían sido enviados a la empresa independiente, sin su conocimiento.
En diciembre, el abogado de Randstad dijo que la declaración de impuestos que se acababa de presentar debería contribuir a garantizar que “todo el dinero ganado por los iniciadores regrese al estado”. “Creemos que no está bien”, dijo Patrick van der Herberg, jefe de asuntos legales de la compañía, a Follow The Money. “Entonces debes hacer algo”. Hasta donde se sabe, los fundadores de la Alianza de Fuerzas Auxiliares no han devuelto ningún dinero al ministerio. Van Lieden ha dicho que quiere donar su parte de las ganancias (9 millones de euros) a organizaciones benéficas.
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