Inter, por eso Skriniar debe quedarse: la defensa debe reconstruirse a su alrededor

El PSG pronto volverá al asalto: esta vez Zhang podría ceder. Pero, con Bremer perdido, el eslovaco no puede ser sustituido por Acerbi

La afición del Inter, y con ella Inzaghi, se saltaría con gusto todo lo que queda del mes de agosto: le gustaría estar ya en la noche del 1 de septiembre, con el mercado de fichajes cerrado, para acostarse con Skriniar en los nerazzurri, junto a ellos, a la pantalla. Nada que hacer, las negociaciones aún están a 24 días: una eternidad. Y la sombra del Paris Saint-Germain trae pesadillas.

NUEVO ASALTO

En Francia dicen que el PSG volverá pronto, quizás muy pronto al despacho: quiere a Skriniar, presentará una nueva oferta. No se sabe -todavía no- si será muy superior al anterior, contra el que se había resistido el Inter. Sobre todo, no se sabe cuál será la reacción de Zhang. La hipótesis de que el presidente esta vez desista y decida recaudar dinero -tarde o temprano debe ocurrir, en todo caso para junio del próximo año- no es del todo descartable. De lo contrario.

PILAR

La afición del Inter y del Inzaghi está inquieta. Y tienen razón de serlo. Skriniar, para el equipo nerazzurro, no es un jugador normal: es el arquitrabe sobre el que se apoya la defensa. Si te lo quitas, corres el riesgo de que todo se derrumbe. Ya en esta pretemporada surgieron señales inquietantes: el Inter ha encajado diez goles en cinco amistosos, nunca ha conseguido cerrar un partido con la portería a cero, incluso el Lugano se le ha escapado. El eslovaco viene de una lesión y jugó poco: la última media hora ante el Lyon, la primera hora ante el Villarreal. No estaba impecable, pero no puede estar en buenas condiciones, lleva algo de tiempo. A su alrededor (delante, detrás, a los lados), sin embargo, no funcionaban demasiados mecanismos defensivos. La alarma saltó, pero la sensación es que la retaguardia de Inzaghi puede recuperar su antigua solidez. Mientras permanezca Skriniar, el único insustituible. No es casualidad que el Inter al final de la temporada pasada decidiera vender a De Vrij o incluso a Bastoni, nunca al muro rubio; pero luego llegaron las ofertas reales por él y el escenario cambió de repente.

EL PAISAJE

Cuando temió tener que vender Skriniar hace unas semanas, el Inter tomó precauciones con la rapidez habitual y se acercó a Bremer. Pero el mercado puede ser una burla: la Juve vendió a De Ligt mucho más rápido de lo que uno podría imaginar y se llevó al Torino al brasileño, el único que parecía capaz de reemplazar al eslovaco en la defensa nerazzurri sin crear revuelo. Si ahora todo volviera a estar en juego, el Inter se encontraría desnudo: sin alternativa, sin solución. O, al menos, no hay forma de hacerlo sin correr el riesgo de debilitar demasiado al departamento. Inter evalúa a Akanji, encuestas, observa. Pero el suizo tendría que adaptarse a Italia, a los métodos, a los módulos: ¿cómo podría convertirse inmediatamente en un nuevo Skriniar, otro muro? Suponiendo que sea posible llegar a un acuerdo con el Borussia, que no tiene intención de venderlo a pesar de que el jugador está al margen del mundo amarillo y negro y al vencimiento del contrato. El temor -de Inzaghi y de la afición- es que al final los nerazzurri tengan que recurrir a nombres de emergencia, a defensores baratos y poco tranquilizadores. Ciertamente no puede ser Acerbi, un buen jugador que ha avanzado en años, para sustituir a uno de los mejores goleadores del mundo. Acerbi, al que Simone había querido a toda costa en su Lazio, sería una alternativa ideal para los propietarios. En definitiva, el sustituto de Ranocchia. No de Skriniar.



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